Si Montilla y Carod Rovira fuesen catalanes

Hace muchos años, cuando los grandes apologetas de ZP eran un poco más ignorantes que hoy y se meaban en los pañales en vez de cagarse en nuestros muertos, como hacen ahora cada vez que alguno se atreve a subrayar la insolvencia de su Jefe, un ministro de la UCD que sabía bastante de algunas cosas, afirmó que aunque tanto en el País Vasco como en Cataluña había sentimientos separatistas los verdaderos dinamiteros del sistema serían los catalanes.

Aquello a algunos nos pareció una demasía porque  las “finas formas políticas” de los de Convergencia y demás partidos nacionalistas no hacía predecir tamaña desmesura. En cambio en Euskadi, además de levantar piedras había gente que mataba por conseguir sus objetivos independentistas y eso eran palabras mayores.

Durante años algunos suspiramos porque en ambas comunidades autónomas gobernasen alguna vez partidos no nacionalistas, y ahora que ha ocurrido resulta que Patxi López, vasco de pura cepa, gobierna Euskadi sin complejos, con sentido de Estado y ocupándose de lo importante, mientras que dos charnegos acomplejados como Montilla y Carod Rovira, no paran de hacer méritos para ver si les aceptan como catalanes genuinos y se dedican a envolverse en la señera – como hacía Franco con la bandera española – a sentirse ofendidos, a amenazar al resto de España y a no sé cuantas soplapolleces más.

Si Montilla y Rovira fuesen catalanes habría algo de más seny en el gobierno de la Generalitat.

Claro que, el gestor de las subvenciones que reside en la Moncloa no sube una ceja más alta que otra y aguanta lo que le echen porque no le altera lo que escucha. Lo importante para él es que algunos se sientan cómodos y le apoyen aunque el resto devenga perjudicado.

El síntoma más claro de que a ZP no le conmueve lo que está pasando es que sus periodistas de cámara defienden las tesis de los charnegos.