De ruta por el Madrid imperial

 El eje central de esta ruta no es otro que el Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, centro político del imperio de Felipe II, personaje más poderoso de su época porque en sus dominios nunca se ponía el Sol. Pero no sólo se visita este monumento que es Patrimonio de la Humanidad.

La ruta propuesta se completa con la visita a otros municipios aledaños de la Cuenca del Guadarrama y de la Sierra Oeste que han estado relacionados con el Real Sitio y que tienen un gran interés por su patrimonio histórico, caracterizado por la arquitectura herreriana, y su riqueza paisajística y medioambiental.

Algunos de estos enclaves están en el itinerario que seguía Felipe II para llegar hasta San Lorenzo de El Escorial. Otros, en cambio, se han relacionado con el Real Monastario por ser los lugares donde vivían los obreros que construyeron el Palacio o bien por abastecer a la Corte.

La primera parada de la excursión es Torrelodones, cuyos orígenes se remontan a los árabes y que se fundó para defender Madrid. De aquella época tan sólo quedan la torre-vigía que se yergue al lado de la A-6. Este municipio alberga también el Museo Carranza, donde se puede contemplar una coleción de azulejería española, portuguesa y holandesa.

El paseo prosigue por Guadarrama, que fue también enclave romano. Desde su iglesia se puede contemplar una bonita panorámica de la Sierra. Dejamos atrás este municipio serrano para dirigirnos al Valle de los Caídos, monumento funerario en memoria a los caídos durante la Guerra Civil.

Muy cerca de esta obra del Franquismo, se halla San Lorenzo de El Escorial, donde Felipe II mandó construir el Real Monasterio en 1557 para conmemorar la Batalla de San Quintín. Este monumento fue diseñado como palacio, biblioteca, panteón para la familia real, con basílica y monasterio.

La obra  fue comenzada por Juan Bautista de Toledo y tras su muerte, se hizo cargo de ella Juan de Herrera. Precisamente de este arquitecto toma el nombre el denominado estilo herreriano, característico de muchas construcciones de la zona.

Para tener una vista panorámica del Real Monasterio, lo mejor es desplazarse hasta la llamada 'Silla de Felipe II', desde donde el monarca vigilaba la marcha de las obras. Muy cerquita del Real Monasterio, se encuentra la Casita del Infante o de Arriba, que fue mandada construir por el Infante Gabriel de Borbón, hijo de Carlos III.

A lo largo del camino es posible disfrutar de diferentes edificios de la llamada arquitectura herreriana. Sin ir más lejos, El Escorial cuenta con una iglesia de este estilo, la Iglesia de Sab Bernabé, del siglo XVI. También es de visita imprescindible la Casita del Príncipe o de Abajo, que se construyó por iniciativa de Carlos IV cuando era Príncipe de Asturias. En el mismo término municipal de El Escorial se encuentra lo que queda de lo que fue el pueblo de Navalquejigo: la plaza Mayor, la picota y una iglesia del siglo XIII.

La siguiente parada es Robledo de Chavela, donde además de visitar la estación de la NASA -que nada tiene que ver con la ruta imperial-, se puede visitar la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, de estilo gótico. Seguimos por Navalagammella, donde nos espera la Iglesia de Nuestra Señora de la Estrella, también de estilo gótico.

Y por último, la ruta finaliza en Valdemorillo, que fue lugar de paso de todos los que acudían a San Lorenzo de El Escorial a las obras de construcción del Monasterio. Además, durante un tiempo tuvo un industria alfarera muy imporante. Prueba de ello son las torres que quedan de su antigua fábrica de loza y ladrillo, que son parte de su actual cueva-museo que se puede también visitar.