La Casa de los Guardeses de la Finca Altamira, en General Dávila, ya es historia muerta de la Ciudad de Santander. La empresa adjudicataria del concurso mediante el cual el Ayuntamiento contrataba el proyecto técnico de rehabilitación de la casa, ha arrasado todas las formas peculiares de la edificación, como puede observarse en las fotografías a las que ha tenido acceso Cantabria Confidencial.
El expediente no consta en el PGOU -Plan General de Ordenación Urbana- de Santander y fue aprobado por unanimidad en sesión ordinaria de la Junta de Gobierno Local el día 10 de julio de 2006, cuando cualquier modificación puntual del PGOU debe pasar el trámite reunido en sesión parlamentaria el Pleno del Ayuntamiento.
Baile de números
Lo que la Corporación municipal, con el Alcalde Gonzalo Piñeiro a la cabeza, aprobó por unanimidad el 10 de julio, fue la "aprobación del expediente para contratar el proyecto técnico de rehabilitación de la Casa de los Guardeses en la Finca de Altamira, por procedimiento abierto, concurso público, por un plazo de ejecución de 7 meses y por un presupuesto de 630.818,31 euros".
El día 14 de agosto, el concejal de Hacienda y Contratación, Eduardo Rubalcaba, explicaba que la rehabilitación de la Casa de los Guardeses en la Finca Altamira se adjudicaba a la empresa CENAVI por un importe de 573.413 euros -60.000 euros menos que lo presupuestado- , con el objetivo de habilitar nuevas aulas de clases para el Conservatorio Municipal, además de un aula de conciertos, en un edificio anexo.
El baile de cifras no se frena en este punto. El pasado 31 de octubre, el número 209 del BOC publica la resolución de la adjudicación. En el punto cuarto de dicha resolución, se señala un presupuesto base de licitación de 643.316,60 euros. 12.499,29 euros más de lo que se había aprobado inicialmente por unanimidad en la Junta de Gobierno del 10 de julio.
23 días después se puede apreciar en las imágenes que hoy publica este periódico, que el Ayuntamiento ha convertido un proceso de rehabilitación urbana en uno de renovación, por no decir de desaparición de los elementos arquitectónicos tradicionales de una de las edificaciones emblemáticas de la ciudad, con el agravante de que la modificación del PGOU necesaria para este tipo de actuaciones no ha pasado por el Pleno del Ayuntamiento como es preciso y con un desfase entre la cifra final del presupuesto base de licitación y el importe pagado por Cenavi, S.A., la empresa contratista del proyecto, de 69.902,76 euros, casi 12 millones de pesetas.
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