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Un dulce aniversario

lunes 07 de septiembre de 2009, 13:06h
Frente a su escaparate los niños madrileños han babeado desde hace décadas. Caramelos Paco cumple ahora 75 años y, lejos de envejecer, se ha subido al carro de los nuevos tiempos como lleva haciendo desde su inauguración durante la II República.
La tienda de golosinas más antigua de Madrid comenzó su andadura en 1934 cuando Francisco Moreno abrió un establecimiento de alimentación que tan solo dos años después estaba dedicado exclusivamente a la venta de caramelos y bombones.

De alguna manera, también puede decirse que sus orígenes se remontan al Imperio Romano, según afirma el nieto del fundador, que es el tercer Franciso Moreno que ha estado al frente del negocio. Esta afirmación no se debe a que se hayan encontrado restos de caramelos de la época de César bajo la tienda situada entre los números 53 y 55 de la calle de Toledo, sino a que en una superproducción de Hollywood rodada durante los años cuarenta en España se coló una de las famosas piedras con la inscripción de 'Caramelos Paco' que poblaban los acceso a la capital.

Los primeros grafitis
Estas piedras, pintadas a brocha con alquitrán por el abuelo Franciso Moreno, son probablemente los primeros grafitis comerciales que existieron en Madrid, afirma su nieto. Causaron una honda impresión que se refleja no solo en que hoy día aún hay quien se acuerda de ellos, sino también en que le llegaron a salir imitadores. "Mi abuelo siempre decía que él no había pintado tantas piedras", recuerda.

Así el abuelo se fue granjeando cierta fama como comerciante de caramelos y los clientes comenzaban a llegar, incluso, de otras regiones. Muchos de esos clientes eran niños que acudían de la mano de sus padres y que ahora, como relata Moreno, vuelven con sus hijos y nietos.

Todavía se venden caramelos de aquella primera época en el local, que sigue manteniendo ese aire antiguo gracias a que conserva parte del mobiliario. Los de piñones o las violetas son algunos de los supervivientes, pero ahora conviven con cientos de variedades, aparecidas para adaptarse a los nuevos tiempos.

La nueva moda son los caramelos sin azúcar -los tienen hasta de arroz con leche-, tanto que suponen el 90 por ciento de las ventas, ya que gran parte de su clientela es gente mayor que tiene que empezar a cuidarse. "Tenemos el compromiso de democratizar los caramelos, por eso hemos introducido una gran variedad sin azúcar y también caramelos para celíacos", afirma este Willy Wonka madrileño.

Una infancia feliz
Paco continúa con el negocio familiar con la "misma ilusión" que su abuelo, si no más. Asegura que de pequeño era el niño con más amigos del colegio, aunque con el tiempo se fueron reduciendo a medida que los dulces dejan de importarles a los adultos.

"Recuerdo mi infancia como si hubiese vivido en el país de nunca jamás", afirma rodeado de caramelos de todos los colores, formas y sabores.
No sabe cuantos tipos hay en la tienda pero asegura haberlos probado todos. Algunos son de importación, como muchos bombones, otros son de fabricación propia y otros muchos proceden del taller artesanal de Caramelos Paco "donde el arte se hace azúcar", como las piruletas gigantes que cuelgan por la mítica tienda.

A sus 75 años, su imagen de marca, el camarero-botones que porta un paquete de Caramelos Paco, tendrá más trabajo que nunca, ya que la tienda inicia su andadura por Internet, donde desde este año se pueden hacer encargos para recibir la dulce mercancía en casa. Qué mejor manera de celebrar tan importante cumpleaños en el siglo XXI.
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