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Pesadilla SMS

lunes 14 de septiembre de 2009, 09:22h

¡Pin- pin! ¡Pin-pin! Y se activa también el vibrador con lo que la bulla se monta en un instante y sin permiso, en plan espectáculo de sonido y luz, sobre la mesa o la mesilla. Ya sé yo, jefe Jáuregui, que los periodistas de Estado no estáis en esto. Pero los fines de semana de los plumis se ven abruptamente interrumpidos por estos escandalosos tambores de guerra informativos que redoblan a través del móvil. Era una tranquila mañana de sábado hasta que empezaron a llegar los short message service (o sea sms)…

13.05 horas ¡Pín-pin!¡Pín-pin! “Info/Pajin: Emplazo a Rajoy a que se acerque a esos desempleados y les diga sin bajar la mirada que es una iniciativa inútil”

La supuesta noticia de alcance llegaba en este caso después del mediodía, pero habitualmente estas alarmas no entienden de horarios y se meten en casa o te persiguen allá donde estés a cualquier hora del día, de la noche o de madrugada. Destrozan sobremesas, momentos románticos o las veladas de desparrame en el sofá rodeado de palomitas para soportar las pelis de la tele, por no decir de las siestas de guardar en días festivos o de libranza. Más.

13.54 horas ¡Pín-pin!¡Pin-pin! “Info.Benidorm.Hernando: “¿Por qué Rajoy no denuncia a sus tránsfugas?”

Hasta ahora había pensado que los sms eran de gran utilidad. Permiten comunicar rápidamente y de forma breve con la gente que te importa para concertar una cita, avisar que llegas tarde, contar el resultado de una gestión, adelantar una noticia importante, como el nacimiento de un hijo o los resultados de una consulta al médico, quedar bien felicitando por un cumpleaños… y hasta declararte (en plan cobarde) o cortar una relación (tampoco con mucha valentía, para que nos vamos a engañar). Y son imprescindibles para conocer al instante una noticia de las de verdad. ¡Si no sabrán sacar rendimiento los de la telefonía móvil a los 160 caracteres e la pantallita! Pero la incontinencia de los gabinetes de comunicación de los partidos, autores de los dichosos envíos, está convirtiendo en un martirio un invento que te mejoraba la vida. Quieren que te suene a noticia la última chorrada solemnemente pronunciada por su jefe:

13.59 horas ¡Pin-pin!¡Pin-pin! “Info.Benidorm. Rajoy: Lo ocurrido en Benidorm es “el certificado de defunción del talante”

La preocupación principal de este finde ha sido intentar pasar de estos diálogos de besugos políticos con los que la mensajería electrónica ha provocado mi descansus interruptus. Nuestro tormento de sábado y domingo debió comenzar el día en que los think-tank de la campaña de Barack Obama decidieron apostar a tope por las nuevas tecnologías para pelear el voto. A su imagen y semejanza, los estrategas de comunicación del PP y del PSOE tomaron la decisión de machacar a los periodistas en tiempo real con las frases supuestamente ingeniosas con la que sus líderes intentan aleccionar a los suyos en mítines y ruedas de prensa. Es como un intento de meterte en el bolsillo un teletipo de los de antes, de aquellos que hacían sonar una campanitas cuando vomitaban una noticia importante, de las de portada, para entendernos. Sólo que ahora la escandalera informativa te la organizan con el último chascarrillo diseñado para ocupar un puñado de segundos en los telediarios del fin de semana. La culpa no es de las nuevas tecnologías, sino del tabernario debate nacional y de lo pesados que pueden llegar a ponerse estos dos. Ya sé que no me dejas, jefe, porque puede llegar una noticia de las de verdad, pero, oye, que dan unas ganas de apagar el móvil...
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