Madrid continúa dotándose de las infraestructuras más avanzadas. La última de ellas es la conexión de la avenida de Daroca con la prolongación del Eje de O'Donnell (M-23), una actuación que facilita el acceso de los vecinos de Vicálvaro al centro de la ciudad. A su puesta en funcionamiento han asistido este jueves el ministro de Fomento, José Blanco, y el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón.
El nuevo vial responde a una triple demanda, en palabras del alcalde: "a una necesidad objetiva de Madrid, a una
reivindicación de los vecinos y a un compromiso expreso del Gobierno de la ciudad de Madrid".
El Ayuntamiento proyectó esta infraestructura como solución al problema que en febrero de 2004 generó la apertura de la autopista de peaje Radial 3 que, al enlazar con la M-40, afectó de manera importante a la movilidad cotidiana de quienes vivían o trabajaban en el entorno, en los distritos de Moratalaz, Vicálvaro o San Blas. Y es que entonces se suprimió la conexión con la prolongación de la calle de O'Donnell. Ahora se vuelve a restablecer con M-23.
Dos nuevos ramales
Para conseguirlo se han construido dos ramales. "Estos dos nuevos ramales -explicó el alcalde- además de facilitar la comunicación entre aquello que había quedado separado, harán sentir su efecto al descongestionar las glorietas sobre la M-40, en el Camino Viejo de Vicálvaro, y la Radial 3, en la avenida de Canillejas a Vicálvaro".
Ruiz-Gallardón ha subrayado que la nueva infraestructura es también fruto de la predisposición demostrada por su ejecutor material, el Ministerio de Fomento que llegó en octubre de 2005 a un acuerdo con el Ayuntamiento en el que se fijaron dos respuestas complementarias para resolver el problema. La primera es la que este jueves se ha puesto en funcionamiento y la segunda, aún pendiente de materializarse, es la creación de vías de servicio en la M-40, entre las rotondas del Doctor García Tapia y de la carretera de Canillejas a Vicálvaro.
Ruiz-Gallardón alabó la diligencia demostrada por el Ministerio al ejecutar esta nueva infraestructura en los 18 meses previstos. Gracias a esa disposición y al presupuesto que el Protocolo fijaba en 9,2 millones de euros, al 50 por ciento entre las dos administraciones, ha sido "posible esta mejora sustancial que, primero, disfrutarán los vecinos de la zona, pero de la que se benefician también el conjunto de Madrid y de España", concluyó el alcalde.
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