Las Maravillas del Mundo

Cuando el próximo siete de julio se entreguen en Lisboa los resultados de la primera gran encuesta electrónica mundial, habrán votado 100 millones de personas para elegir a las Nuevas Siete Maravillas del Mundo. Así lo espera el suizo Bernard Weber, creador de la idea y presidente de la Fundación New Seven Wonders.

A su paso por Chile, Weber comentó que la idea surgió con el cambio del milenio y fue generada como un proyecto positivo para la humanidad, para que contraste con los proyectos negativos de la guerra, la pobreza y las hambrunas que muchos padecen en el planeta.

Frente a esos desastres sólo cabe que la humanidad se una con sus fuerzas positivas, expresó el filántropo que tiene en su currículo de actividades tan variadas como haber sido el doble de Donald Sutherland en el filme Casanova de Federico Fellini, con quien tuvo una larga amistad.

En Isla de Pascua, territorio insular chileno situado a 3.600 km. al este de Caldera, Weber reconoció que se había maravillado con las estatuas Moais, las que recorrió con el alcalde Pedro Edmunds Paoa.

Tras visitarlas detenidamente, dijo que se explicaba perfectamente la razón de que las estatuas estuvieran dentro de las 21 finalistas que están siendo votadas como predilectas desde distintos rincones del mundo.

El filántropo afirmó que “fue muy hermoso ver que no sólo las estatuas estaban ahí, ellas están adheridas con la vida, el espíritu y el movimiento de la gente. Esto es muy hermoso, ya que nuestra campaña quiere mostrar que estos monumentos no son sólo piedras o construcciones, sino que son monumentos que inspiran a la gente que vive ahí hasta hoy y también a su cultura”.

En Chile el  entusiasmo por votar a través de la página new7wonders.com ha correspondido a esfuerzos aislados. Aunque en las últimas semanas, como es propio del carácter chileno, ha comenzado ya a abrirse paso la idea de poder contar por los próximos mil años con una de las maravillas del mundo.

Esto sólo puede ser posible si en particular los niños y los estudiantes chilenos hacen suya una idea que forma parte de una causa positiva y noble que sobrevivirá con la humanidad.

Ello favorecerá además el turismo a Pascua y hará que la isla sea más conocida y cercana a los chilenos. Como se sabe, Pascua se va acercando físicamente día a día al continente chileno, pues se desplaza a una velocidad de nueve centímetros al año.

Lo más importante es que la acerquemos de verdad en sentimientos y en conocimientos, y reconozcamos que sus espléndidos Moais son en verdad una de las siete Maravillas del Mundo.

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Enrique Gandásegui es periodista