Don Vito y sus secuaces

   Páginas y páginas de información nos han aportado hoy resúmenes de los 17.000 folios de la instrucción judicial de la trama Gürtel elaborada por el juez Pedreira, en el Tribunal Superior de Justicia de Madrid. Cabe recordar que es una de las tres piezas en las que está repartido el asunto. Las otras dos son el Tribunal Superior de Justicia de Valencia, que ya dio carpetazo al asunto, no sin escándalo de muchos, y el Tribunal Supremo, en lo que se refiere a los dos aforados, el senador Luis Bárcenas y el diputado Merino.

   El negocio de Correa -llamadme don Vito, había dicho a sus colaboradores, rememorando al don Vito Corleone de El Padrino- y sus secuaces, se había extendido por una buena parte de España, siempre a la sombra del PP, y hoy, no cabe duda, es un día especialmente penoso para el principal partido de la oposición, aunque ya los nuevos detalles es probable que no le aporten demasiadas sorpresas. Pero, en todo caso, lo que hace la investigación de la red Gurtel es destapar la corrupción generalizada en el PP. La trama alcanza al Gobierno de Aznar, de Camps, de Aguirre y a Madrid, Galicia y Castilla y León, en distinta medida.

   Por ejemplo, quedan bajo sospecha las cuentas del PP de Galicia entre los años 1996 y 1999. O bien que en la Comunidad de Madrid el consejero de Aguirre, ya cesado, Alberto López Viejo, tuvo extraordinaria importancia y se lucró personalmente. La relación de personas salpicadas por las revelaciones de Correa y sus secuaces es interminable y la revelación de sus conversaciones resulta abrumadora, por más que muchos de los datos que ahora se han elaborado ya habían sido divulgados en los meses anteriores, y ahora, lo que ha hecho el juez Pedreira, no es otra cosa que ordenar y sistematizar los contenidos de esas famosas cintas y papeles que acumularon los directivos de las empresas de Francisco Correa, Pablo Crespo El Bigotes y sus colegas comisionistas.

   La mancha que va dejando la trama corrupta se extiende por toda España y la sucesión de nombres y de pistas que deja tras de sí comprometen a muchísima gente. Casi podría decirse que aparece todo el que en el PP tiene algún mando y la prerrogativa de poder influir en la designación de trabajos. Y algunas historias parecen extraídas de cuentos orientales, con regalos suntuosos como el reloj que recibe  Ricardo Costa, de veinte mil euros de precio, y con el que el "homenajeado" va "como un niño con zapatos nuevos", aunque no lo pueda llevar en Valencia "porque sería un cante de cojones"...

   Frente a ese alud de información y de nombres, Mariano Rajoy recomienda mantenerse a una cierta distancia de asunto tan incómodo como viscoso. Rajoy recomienda, y parece que se esfuerza en ser el primero en practicar esos consejos, indiferencia y olvido, como si el asunto no fuera con él y con los suyos. Ha sido la estrategia que ha preferido mantener en los últimos tiempos, después de unos primeros momentos en los que prefirió atacar sin piedad a quienes llamaba inquisidores. Ahora ya no tiene aquel atrevimiento, porque no estamos ante filtraciones periodísticas, sino ante un Sumario Judicial de diez y siete mil folios elaborado por un magistrado del Tribunal Superior de Justicia de Madrid.

   Pero parece que puede deducirse la estrategia que mantendrán él y muchos de sus correligionarios: indiferencia y olvido de unos episodios que están lejos de complacer al PP ni dan lustre y brillantes a su historia reciente... En todo caso, el levantamiento del secreto viene a afectar a la parte del sumario instruida por Garzón, sobre quien, en su momento, la dirección del PP también disparó sin piedad, al igual que contra quienes han ido procurando materiales de esta historia negrísima. Hasta el punto de que cabe dudar seriamente si en el PP se extraerá alguna clase de conclusión más, por mucho que Esperanza Aguirre así lo haya reclamado. Rajoy parece más partidario de establecer que son cosas de jueces, que los jueces determinarán...