El secretario general del PSE-EE, Patxi López, criticó al lehendakari por retomar una política "que satisface al nacionalismo más radical" y le acusó de "estar desfasado y alejado de la sociedad vasca". López ve a Ibarretxe como un político "fracasado y resentido", defendiendo una consulta que "sólo satisface al nacionalismo más doctrinario y radical", pero la sociedad vasca lo que demanda, dijo, es acuerdo. Más contundente todavía se mostró el secretario general del PSE en Álava, Txarli Prieto: "Que se metan el plan por donde les quepa", afirmó.
Por su parte, el secretario general del PP vasco, Carmelo Barrio, acusó a Ibarretxe de liderar la debacle y anteponer sus obsesiones nacionalistas a las verdaderas necesidades de los vascos. Barrio también culpó a Zapatero de enviar a Euskadi al presidente del Senado, Javier Rojo, para anunciar que se sumará a la estrategia nacionalista, después de que éste se decantará esta semana por un pacto PNV-PSE tras las elecciones.
Según ABC, las palabras de Ibarretxe y Egibar les sitúan "en la vanguardia del separatismo vasco, reemplazando así a la propia ETA/Batasuna" y colocan al presidente Zapatero "en otro problema, dentro del ya de por sí caótico y tensionado panorama territorial". Para el citado diario, este movimiento del lehendakari denota "que las relaciones entre ambos Gobiernos son malas y que Ibarretxe ha ejecutado su pequeña vendetta con Zapatero por dejarle fuera del proceso". Además considera que pone en evidencia "el incierto peso real de Imaz en el PNV, cuya dirección expresa en privado su malestar".
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