Nueva denuncia contra la jueza Parrilli

Angel Carestía solicitó que la jueza en lo penal y contravencional de la Ciudad de Buenos Aires sea juzgada por amenazas y discriminación contra dos empleadas del gobierno porteño, cuando fue a buscar el auto que dejó mal estacionado y removió la grúa.

Tras indagar a la jueza el miércoles pasado, el fiscal dictaminó que la causa debe ser elevada a juicio.

El hecho que originó el expediente ocurrió el 15 de setiembre pero trascendió diez días después, cuando se difundieron las imágenes de Parrilli en una oficina de tránsito de la ciudad.

La jueza concurrió al lugar, cercano a la playa de infractores vecina a la zona del Obelisco, para recuperar su vehículo que, por estar mal estacionado, había sido acarreado al subsuelo de avenida 9 de Julio y Sarmiento.

Entonces Parrilli invocó su cargo para negarse a pagar la multa, agredió a las empleadas que la atendieron y lamentó que sólo contrataran a "morochas".

La titular del Juzgado 28 trató de "tontitas" a las trabajadoras y agregó: "ganan 1.200 pesos para joder a la gente, ítodas morochas, ni una rubia contratan!".

También les dijo que podría darles "un cachetazo" por hacerle "perder el tiempo", en el marco de una actitud violenta y de abuso de autoridad.

"La que mando acá soy yo, no tengo que pagar como no pago nunca en la vida", dijo la magistrada a las empleadas de la oficina de Tránsito, sin percatarse que las cámaras de seguridad registraban el episodio.

Cuando trascendió lo ocurrido el ministro de Justicia porteño, Guillermo Montenegro, afirmó que "nada justifica discriminar y amenazar a quien está trabajando".

Montenegro dijo entonces que realizó "la denuncia penal contra la jueza y la presentación en el Consejo de la Magistratura para reclamar juicio político y su destitución".

"Es sumamente grave", sostuvo, porque se trata de una jueza "que entiende claramente de lo está hablando porque es del Tribunal de Faltas".

En contraposición a la conducta de Parrilli, el ministro rescató "la actitud que tuvieron las dos chicas de tratar de tranquilizar a la jueza en todo momento y dirigiéndose a ella con educación y respeto, a pesar del nivel de agresión que estaban sufriendo, que era muy fuerte".

Montenegro explicó que se abrió una "causa penal por el delito de amenazas y discriminación", y relató que cuando una empleada le pidió que "no sea maleducada" Parrilli contestó: "estás ante una jueza, espero que no caigas nunca en mi jurisdicción porque te meto presa ocho meses".

La semana pasada la magistrada se presentó espontáneamente a declarar ante el Consejo de la Magistratura, un día antes de lo previsto.

Recientemente Parrilli dijo sentirse abochornada por la situación que generó, a la que calificó de "grotesca", y que pidió disculpas a las empleadas a las que había maltratado