Extraños casos de asesinato en Venezuela

El único sobreviviente de la masacre es un colombiano que se encuentra recluido en un hospital venezolano bajo fuertes medidas de seguridad. Los cadáveres de los ocho colombianos y del peruano fueron repatriados a Colombia el lunes 26 de octubre en la noche.

Al respecto, el presidente venezolano, Hugo Chávez, se pronunció al respecto para decir que  "hayan sido guerrilla, paramilitares o hampa, es un fenómeno que viene de Colombia", y aseguró que Colombia "se le desbordó" al Gobierno Uribe.

Así mismo, Chávez afirmó que el Gobierno venezolano investiga de forma "rigurosa" y "seria" el caso "trágico y doloroso" de la matanza.

Los colombianos, junto a otras cuatro personas, habían sido secuestrados el pasado 11 de octubre por grupos armados no identificados cuando jugaban fútbol en el estado occidental de Táchira, fronterizo con Colombia.

Chávez agregó que maneja datos sobre la investigación policial sobre el caso, que no reveló en detalle para no entorpecer las pesquisas. Refirió que los colombianos asesinados "no tenían documentación oficial, como la tienen la gran mayoría de los colombianos que viven" en Venezuela, por lo que, señaló "pasaron para acá" y se investiga "sus actividades" porque "alguien los financiaba".

Los investigadores han "conseguido conchas de cartucho" por lo que "ya sabemos el calibre, y estamos asociando con otros hechos criminales ocurridos en esa frontera", añadió. "Ahora, ¿de dónde viene todo eso? de Colombia, lamentablemente. Colombia es un país que se le desbordó al Gobierno y ahora con más razón que vienen las siete bases gringas al territorio hermano de Colombia", sostuvo Chávez.

El destino del colombiano desaparecido

Por su parte, las autoridades venezolanas encontraron el cuerpo sin vida de José Luis Arenas, el bumangués de 21 años que hacía parte de los 12 jóvenes secuestrados el 11 de octubre en el estado Táchira.

El cadáver del colombiano fue hallado cerca del casco urbano de El Piñal, capital del municipio Fernández Feo y distante casi una hora de San Cristóbal, confirmó una fuente del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas, CICPC.

Personal de la Brigada Contra Homicidios del CICPC llegó hasta el lugar para realizar el respectivo levantamiento del cadáver, el cual sería llevado hacia la morgue del Hospital Central de San Cristóbal.

Nueve de los cuerpos sin vida fueron repatriados en la madrugada del martes 27 de octubre por vía terrestre hacia Cúcuta, de donde en las horas siguientes fueron trasladados, vía aérea, a sus lugares de origen.

Ferney Castillo, coordinador de la Unidad de Reacción Inmediata, URI, de la Fiscalía, dijo que el atraso en el proceso de identificación se debió a que el proceso resultó bastante complejo. 

"Fue difícil porque los cuerpos venían cubiertos de cal y era casi imposible identificarlos, inclusive para los mismos familiares", dijo Castillo, quien agregó que entre los cadáveres que llegaron a Cúcuta está el del peruano Pompeyo Miguel Ramírez, que desde Colombia será enviado a su país de origen

Tras la repatriación de los cadáveres a Colombia, que apenas se realizó el martes a las 12:40 de la mañana, un equipo de médicos forenses del Instituto Nacional de Medicina Legal inició un extenuante proceso de identificación que incluyó las necropsias, el cual se extendió hasta altas horas de la noche cuando se esperaba fuese autorizado su traslado hacia algunas ciudades del país.

Las otras víctimas

Una nueva masacre que involucra a colombianos asesinados en la ciudad de Barinas en territorio venezolano se conoció en la tarde del 27 de octubre. Las víctimas son cinco colombianos y un venezolano que al parecer fueron asesinados por asfixia mecánica el pasado mes de agosto.

Las autoridades de Colombia iniciaron hoy investigaciones sobre una supuesta nueva masacre ocurrida en el estado fronterizo venezolano de Barinas, en la que cinco colombianos y un venezolano al parecer fueron asesinados mediante asfixia mecánica el pasado agosto.

El cónsul colombiano en el estado de Barinas, Jairo Moisés Martínez, anunció a un medio colombiano que se dirige a la zona para contrastar las informaciones aportadas por los familiares de las supuestas víctimas.

Según señalaron los familiares, apuntó el cónsul, las supuestas víctimas se ocupaban en "labores de construcción, otros eran comerciantes y otros se dedicaban a la venta de helados".

Además de las circunstancias en las que se desarrollaron los hechos, Martínez adelantó que también se intentará "esclarecer por qué los familiares no colocaron ningún denuncio en Barinas" cuando los presuntos asesinados desaparecieron.

El canciller colombiano, Jaime Bermúdez, se refirió a la masacre en Barinas y reconoció que no dispone de una "verificación oficial" al respecto.

"Tenemos alguna información preliminar y no quiero ser el responsable hasta que no tenga todos los datos y la información precisa para comunicarla a la opinión pública", manifestó Bermúdez.

"Los encontramos allá enterrados en fosas y nos ponen mil peros para poder repatriarlos. No nos dan explicación de lo que pasó, si es tan difícil cruzar allá con una simple cédula colombiana, ¿por qué llegaron hasta por allá si ellos no tenían permiso?", relató a una emisora colombiana, Lina Dávila, la esposa de José del Carmen Montero.

Por su parte, el defensor del Pueblo colombiano, Volmar Pérez, que se encuentra en la ciudad fronteriza de Cúcuta, adelantó en declaraciones que alargará su estancia allí para "adelantar las verificaciones correspondientes porque no sabemos qué tanto corresponde a la realidad de esta historia".

Las pronunciaciones de Human Right Watch

El grupo defensor de los derechos humanos Human Right Watch pidió a los Gobiernos de Venezuela y Colombia que investiguen de manera exhaustiva e inmediata los asesinatos de en la frontera común de los dos países.

"El asesinato brutal de estos secuestrados lamentablemente encaja dentro del patrón de abusos sistemáticos por parte de grupos armados en el conflicto colombiano", señaló José Miguel Vivanco, director para las Américas de Human Rights Watch.

"Venezuela y Colombia tienen que trabajar conjuntamente para asegurar que los culpables rindan cuentas ante la justicia y prevenir que ocurran más atrocidades terribles como ésta", agregó.