Gallardón contradice a Fomento y garantiza espacio en Serrano para el AVE y el Metro

"Caben perfectamente -ha dicho Pilar Martínez, concejala de Urbanismo-. Nuestros técnicos estudiaron y calcularon el espacio antes de hacer nuestra propuesta. Para ello, han tenido en cuenta el gálibo de los trenes de alta velocidad. No nos vale, por tanto, que digan que el AVE necesita más espacio que el Metro, ya que ellos mismos han empleado para el segundo "túnel de la risa» una tuneladora de 9,60 metros. La misma que se utiliza para el subterráneo".

El Ayuntamiento ha expresado permanentemente al Ministerio su intención de utilizar para la construcción de ese futuro subterráneo una de las grandes tuneladoras que, con sus 15,2 metros de diámetro, se han empleado para excavar el by-pass Sur de la M-30.

Tampoco coincide demasiado el sentir de las dos administraciones en relación a la posible parada intermedia en Colón. El Ministerio de Fomento considera que tendría demasiada profundidad, al tiempo que asegura que, incluso, fue descartada por el anterior equipo de Gobierno municipal por falta de espacio.

Pese a ello, el equipo de Ruiz-Gallardón está convencido de que puede salvarse el escollo de la profundidad y evitar grandes tramos de escaleras para que los viajeros puedan salir a la superficie. "El túnel -mantienen los técnicos municipales, en su conjunto, tendría que discurrir a unos 40 metros de profundidad, pero hay soluciones y puede ser perfectamente viable". Según los equipos de ingenieros, la línea 4 de Metro cruza bajo Serrano, a la altura de Colón, a unos 15 metros de profundidad mientras que, junto a María de Molina, la línea 7 discurre aproximadamente a 30 metros. "Así, aunque el trazado básico del futuro túnel se excavara a 40 metros podría subir de cota en el primer tramo junto a Colón. De esta forma, el acceso de los viajeros sería el adecuado y los tramos de escaleras aceptables", han indicado los técnicos.

Mientras se mantienen las divergencias en este terreno, algo ha cambido respecto a la posible estación situada en el actual depósito de contenedores de Abroñigal (Vallecas) propuesta por Alberto Ruiz-Gallardón. La ministra, Magdalena Álvarez, había presentado hace un año su proyecto de ampliar Atocha para multiplicar por cuatro la capacidad de viajeros. El Ayuntamiento, a continuación, presentó alegaciones al proyecto y habló de destinar Atocha para Cercanías y Abroñigal para el AVE.

Ni el Ministerio, ni la Comunidad Autónoma, ni los empresarios de algunas comunidades, como Valencia, se mostraron de acuerdo. Todos querían que la alta velocidad penetrara hasta el centro de la ciudad. Tal vez por ello, el Ayuntamiento matizó sus primeras intenciones y aseguró que Abroñigal sería "una estación previa a Atocha".

"En realidad -ha dicho Pilar Martínez- no hemos cambiado de opinión. Lo único que ha variado es la forma de explicarlo ya que creemos que los ciudadanos han pensado que no queríamos Atocha y es lo contrario. En nuestras alegaciones queda clara esta postura".

Llegar hasta Chamartín
"Nosotros -ha añadido la concejala de Urbanismo- pretendemos que tanto en Abroñigal como en Atocha haya servicio de Cercanías y de AVE. Incluso, si a Fomento y a Renfe les parece bien, podría hacerse que todos los trenes de alta velocidad llegaran a Chamartín". De esta forma los viajeros tendrían varias paradas para elegir: Abroñígal (que en las alegaciones el Ayuntamiento denomina AVE Sur), Atocha, Colón y Chamartín (llamada AVE Norte).

"Es todo -ha afirmado la responsable municipal- cuestión de espacio. Tal vez por ello, lo mejor sería que nos reunieramos. Algo que ya he hablado con el director general de Ferrocarriles, Luis de Santiago". A ese diálogo también se había mostrado dispuesto De Santiago.

Cuestión de dinero
"Creemos -ha añadido Pilar Martínez- que nuestra propuesta puede interesar a todas las administraciones y que esa operación podría salir muy bien económicamente para unos y otros". Esta cuestión de dinero no es algo que el Ministerio pueda olvidar. Si mantiene la ampliación de Atocha no obtendría recalificaciones de terreno y no se permitirían aprovechamientos lucrativos para financiar la operación. Todo debería salir de los Presupuestos Generales del Estado.

Aún así, de momento, no hay nada seguro para Abroñigal. Ese espacio lleno de contenedores ferroviarios frente a Méndez Álvaro que se ha convertido en «objeto de dese