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AEMEC: mercado y sociedad abierta

AEMEC: mercado y sociedad abierta

martes 17 de noviembre de 2009, 10:40h
El acto de entrega de los premios AEMEC, en su edición 2009, celebrado este lunes en Madrid, ha sido cualquier cosa menos irrelevante. Era espectacular el número y calidad de accionistas minoritarios de empresas cotizadas reunidos por AEMEC en un céntrico hotel, e importante asimismo la presencia de periodistas de información económica, muy valiosos los contenidos de las mesas redondas y más que significativa la entidad y calidad de las empresas premiadas, con IBERDROLA y su carismático presidente Ignacio Sánchez Galán a la cabeza. De todo ello tienen cumplida información los lectores de DIARIOCRITICO DE LA ECONOMÍA, que por iniciativa de su presidente, Javier Cremades, y de su editor, Fernando Jáuregui, ha colaborado activamente, con otros muy importantes medios informativos nacionales, en la difusión de tan interesante evento.

La calidad, para la decisión de los premios, de un Jurado presidido nada menos que por el profesor Manuel Olivencia, se vio asistida en el acto de entrega de los premios por una asistencia no sólo numerosa, sino incluso de infrecuente calidad. No faltó por ejemplo la presencia del presidente del Consejo General del Notariado, Antonio Ojeda, significativa por la importancia y trascendencia que tiene la labor de los notarios en el buen gobierno de las sociedades cotizadas. Necesitaría demasiado espacio la simple relación de asistentes de especial calidad que acompañaron al profesor Olivencia y al jurado y promotores de los premios AEMEC en el brillante acto del lunes.

Sin embargo, merece la pena subrayar, a tenor de estos premios y de su notable éxito, algunos aspectos particularmente interesantes en relación con el objeto a que se refieren, esto es, el valor intrínseco de los accionistas minoritarios y la importancia que tiene que grandes empresas cotizadas reconozcan ese valor y atiendan y fomenten esas participaciones minoritarias que, a base de pequeños accionistas, suponen mucho más que minorías, porque representan la raíz del valor esencial de los mercados en una sociedad económicamente progresista y libre. Para decirlo con entera claridad, los pequeños accionistas son, en gran medida, una de las piedras de toque de la realidad y calidad de los mercados.

Lo escribiré con palabras quizá un tanto grandilocuentes, pero muy reales: los pequeños accionistas, cuantos más, mejor, son la esencia democrática del libre Mercado. El que grandes compañías, tan importantes como IBERDROLA, GAS NATURAL y cualquiera de las restantes galardonadas con los Premios AEMEC, procuren cuidar a sus pequeños accionistas no es sólo un tema de imagen, sino que va al fondo de la cuestión, a la realidad última del significado del mercado libre, al que tan íntimamente unidas están la prosperidad y la calidad real de vida de las sociedades modernas.

En definitiva, es sin duda satisfactorio para sus promotores, esto es, para AEMEC, el éxito de estos premios, pero su importancia va mucho más lejos y es bueno comprobar, por el brillo y asistencia al referido acto del lunes, que la sociedad civil lo entiende y respalda.

En definitiva, estos premios AEMEC nos dicen y nos recuerdan que nadie es menos importante en esa culminación democrática de la actividad económica que son las sociedades cotizadas. Nos dicen que, para la eficacia y sobre todo para la calidad del libre mercado, todos son necesarios, los grandes accionistas y los pequeños, y sobre todo nos dicen que afortunadamente así lo entienden los brillantes gestores de las sociedades cotizadas, como los que han recibido los premios, y que por eso han decido prestar atención específica a la buena información de sus pequeños accionistas y al amparo de sus legítimos intereses.

Para DIARIOCRITICO DE LA ECONOMÍA es además un motivo de especial orgullo el haber hecho nuestra esta bandera de los accionistas minoritarios. Los pequeños accionistas de sociedades cotizadas deben saber que este periódico digital defenderá intensamente los principios del buen gobierno de las mismas y como parte de ese buen gobierno, los legítimos y muy importantes intereses de los pequeños accionistas, que AEMEC promueve y defiende. Esto tiene mucho que ver con ese gran ideal de la sociedad libre de la que el libre mercado es base esencial e irrenunciable. Conviene afirmarlo con claridad: no hay sociedad libre sin libre mercado. Basta mirar el planeta de norte a sur y de este a oeste. Y el libre mercado no necesita sólo del respeto a las minorías, sino que aspira a integrarlas activamente en todos los niveles de decisión.
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