En detalle, el 58,9% de los encuestados considera que la capital es poco segura y el 36,8% que es nada segura. Nadie (0%) opina que Lima es muy segura. Solo un 3,3% respondió que es segura.
Asimismo, la mayoría de los limeños (un 74,2%) tiene la percepción de que la delincuencia ha aumentado en nuestra ciudad. El 17,5% opina que la situación es la misma en relación al año pasado. Solo un 7,6% cree que ha disminuido.
Para los encuestados los principales problemas de seguridad en Lima son: pandillaje (41,6%), consumo y comercialización de drogas (20,6%), robos en la calle (19,8%), entre otros.
APARENTE CONTRADICCIÓN
Sorprendentemente, la gente se siente más segura en la calle y no en sus hogares. El mayoritario 63,4% afirmó que se siente más seguro en la calle, un 10,9% en buses, micros o combis, un 5,9% en las agencias bancarias. Solo un 2% dice sentirse seguro en su casa.
A pesar de su negativa percepción de la delincuencia en Lima, el 63,5% no hizo la denuncia policial luego de sufrir un asalto o robo. Pero en mayoritario 55,8% de los encuestados califica la labor que cumple la Policía para frenar la delincuencia como regular. Un 32% la considera mala o muy mala, y un 12% dice que es buena o muy buena.
El ministro del Interior Octavio Salazar no tiene el respaldo de la mayoría de los limeños: el 40,4% desaprueba su gestión, mientras que un 20,1% sí la aprueba. La situación de los alcaldes distritales es más reñida: por un lado, el 49% aprueba su gestión, mientras que otro 47,1% sí la aprueba.