Agentes de la autoridad militares

Los proyectos del Gobierno concernientes al mundo militar prevén convertir a los militares de la Unidad Militar de Emergencia (UME) y a los miembros de la Policía Militar (PM) en agentes de la autoridad. Se explica esta decisión, según Alonso, ministro de Defensa, por las labores que deberán desarrollar estos hombres. En lo referente a la UME la actuaciones estarán justificadas en caso de catástrofe, (incendios, terremotos, inundaciones, vendavales…) en las que deberán intervenir precintando zonas o cortando carreteras, además de actuar activamente contra el fenómeno

Estas misiones serán más fáciles, se argu8menta, si el personal civil sabe que debe obedecer y tratar a estos militares como agentes de la autoridad, igual que sucede con Policía y Guardia Civil. No se explica con tanta claridad la razón por la cual se decide que la Policía Militar también sea agente de la autoridad, salvo en el caso de que tenga que organizar convoyes militares y actuar cono policía de tráfico coyuntural y puntualmente,

Todo ello es discutibles y lleva a una reflexión: las misiones encomendadas a la UME son las que tiene Protección Civil, una organización débil y en la que, además, muchas de sus competencias están transferidas a las Comunidades Autónomas, por lo que la coordinación en caso de necesidad a veces, como ha quedado demostrado, hace ineficaz la actuación. Por otro lado, de esta forma, la UME ( mitad bomberos y mitad soldados, como los definiera Sol Gallego hace unos días), se convierte en un instrumento suprautonómico en manos del Gobierno con el que puede actuar en todo el territorio nacional de manera directa.

Cabe preguntarse si no sería mejor fortalecer la Protección Civil antes que crear estos instrumentos suprautonómicos y, desde luego, hay que poner en tela de juicio la bondad de la medida de hacerles agentes de la autoridad. Podría explicarse si la futura Ley, aceptada previamente y con muchas dudas por mi parte, la necesidad de las UME, dejase claro que esos “agentes de la autoridad” lo serán solamente en el ejercicio de sus funciones en casos específicos y previamente tasados. En cuanto a la Policía Militar, bajo ningún concepto resulta aceptable esa nueva condición.

El poder es amigo de instrumentos para actuar, incluso desde la represión - legítima muchas veces, pero no todas-  y este proyecto de Ley, de salir adelante, le proporcionaría un instrumento más para esa represión, aunque haya sido ideado con la mejor de las intenciones para ayudar más eficazmente a la ciudadanía. En todo caso, no deja de ser sospechosa tanta ansia de aumento de los agentes de la autoridad y ahora, además, vestidos de verde oliva.