Varios hombres armados atacaron el viernes el autobús que trasladaba a la selección de fútbol de Togo a la Copa Africana de Naciones. Tras el tiroteo, se dijo que sólo murió el chofer del autobús y que tras nueve personas resultaron heridas, entre ellas, dos futbolistas.
Pero este sábado tras la confirmación del fallecimiento del conductor de autobús, varios jugadores confirmaron también la muerte del jefe de prensa, del segundo entrenador así como la del portero del Pontivy, Kodjovi Obilale. Además, aunque no se sabe con certeza, el delantero Jonathan Aiyite ha asegurado que su compañero Kodjovi Obilale también ha muerto, lo que elevaría a cinco la cifra de fallecidos.
De ahí, que según el Manchester City, que lo colgó en la tarde noche de este sábado en su página web, se vaya a producir el abandono de Togo de la Copa de África El City asegura mantenerse en continuo contacto con su futbolista Adebayor que expresó sentirse "afortunado de estar vivo" después de todo lo sucedido el viernes.
El autocar fue atacado a tiros durante 20 minutos, poco después de entrar en el enclave angolano de Cabinda, una zona donde los separatistas lucharon durante una guerra que duró tres décadas.
El ministro de Deportes de Angola, Goncalves Muandumba, ha asegurado que tomaría medidas para garantizar "todas las condiciones necesarias para el éxito, tranquilidad y seguridad de las personas y sus pertenencias", informó Muandumba, tras el fallecimiento del conductor del autobús que llevaba a la selección togolesa a su lugar de concentración.
Las autoridades angoleñas manifestaron a través de un comunicado que los rebeldes que perpetraron el ataque llegaron de la República del Congo y se replegaron allí después del atentado, en el que además hubo hasta nueve heridos, dos jugadores y personal médico, del cuerpo técnico y administrativo.
Grupo independentista
Las Fuerzas de Liberación del Estado de Cabinda/Posición Militar (FLEC), un grupo armado que lucha por la independencia de Cabinda, región rica en petróleo, ha reivindicado el ataque.
Los organizadores aseguran que el torneo será disputado pese al ataque. "Nuestra prioridad es la seguridad de los jugadores, pero el torneo seguirá adelante", dijo el portavoz de la Confederación Africana de Fútbol Suleimanu Habubu en Luanda.
El anfitrión Angola esperaba que el torneo pudiera mostrar que el país se había recuperado de décadas de guerra civil. Un alto dirigente de la Federación Africana de Fútbol viajará el sábado a Cabinda para evaluar la situación, dijo un portavoz de la entidad. El torneo debe disputarse del 10 al 31 de enero.