¿Cómo es la vida del informante de la “Operación Fénix”?

"Revelar detalles sobre la operación 'Fénix' sería poner en riesgo a más de 20 personas que colaboraron en el proceso de la investigación y penetración del campamento de alias 'Reyes'", señaló una fuente de inteligencia.

Lo cierto es que otra fuente confirmó que del monto total que el ministerio de Defensa ofrecía (5 mil millones de pesos) por información que permitiera la captura o muerte de los integrantes del secretariado, al ecuatoriano le entregaron 2500 millones de pesos (1,2 millones de dólares aproximadamente).

Los otros 2500 millones fueron repartidos entre un grupo de personas que a lo largo de cuatro meses permitieron llegar hasta la zona de Angostura, donde estaba el campamento del guerrillero. Según los reportes, "algunos civiles conocían la ubicación de un campamento de las FARC al otro lado de la frontera, pero no sabían que allí estaba 'Reyes'. Sus datos sirvieron para cerrar el área".

Entre los "colaboradores", como se mencionan en documentos de 'Fénix', habría un supuesto periodista, del que no se específica la nacionalidad, que después de tres visitas a Angostura fue contactado por la Inteligencia ecuatoriana, cuyos oficiales les hicieron puente a sus pares colombianos.

Las reuniones

Antes de concretar el golpe final contra el campamento del llamado “canciller” de las FARC, la inteligencia colombiana tuvo dos reuniones, fuera de Ecuador, con el informante. Se acordaron los términos de la cooperación y las garantías que habría para su familia, en caso de que algo fallara.

Una semana antes de que se diera vía libre a 'Fénix', los "familiares en primer grado de consanguinidad" ya estaban fuera de Ecuador. Fuentes que conocieron de la operación señalaron que estas personas esperaron en un país centroamericano el resultado del golpe. Luego viajaron con el informante a EE.UU.

Una duda que sigue pendiente es si el ecuatoriano Franklin Aisalla, que era hombre de confianza de 'Reyes' y que murió con él en el bombardeo, colaboró o no para que las autoridades colombianas ubicaran a su jefe.

Lo cierto es que sus movimientos entre febrero y marzo del 2008 dieron certeza de que el jefe guerrillero estaría en Angostura para la fecha en la que se tenía planeado el golpe, pues se tiene  registros de que Aisalla y Rivera movieron hacia Angostura a varios de los asistentes al segundo encuentro de la Continental Bolivariana, entre ellos a los mexicanos. Y, según la inteligencia, los asistentes al evento siempre tuvieron garantía de que iban a ser recibidos por el propio “canciller” de las FARC.