Antonio Fontán

Cuando terminó en su Sevilla natal el bachillerato con el correspondiente examen de Estado, su vocación religiosa le había llevado a pedir su ingreso en el seminario de los jesuitas. Sin embargo, algo ocurrió en aquel verano porque, al terminarse, había cambiado la opción jesuitica por la del Opus Dei, con gran disgusto de la Compañía de Jesús que, en aquel tiempo, ya había comenzado una seria rivalidad con el Instituto liderado por  Escrivá de Balaguer. Se trataba de un joven brillante, hijo e farmacéutico, que tenía por delante una prometedora carrera.

Como así sería. Licenciado en Filosofía y Letras, en Clásicas, optó y obtuvo  cátedra universitaria de Latín. Pero pronto sería destinado a Pamplona, al entonces Estudio General de Navarra, que sería el atrio de la hoy Universidad. Allí, además de por el latín, se interesó por el periodismo, de cuya facultad fue decano y dirigió sucesivamente las dos más prestigiosas revistas que alimentaba el Opus Dei, “Nuestro Tiempo”, de pensamiento,  y “La Actualidad Española” , de información general, cuya principal competencia entonces era La Gaceta Ilustrada” del grupo de “La Vanguardia”.

Hombre muy inquieto políticamente, Antonio Fontán entró a formar parte de Consejo Privado del Conde de Barcelona y estaba en la que podría denominarse “ Operación Ruiseñada” ( por el conde de ese título)  que postulaba de que Don Juan sucediera a Franco por consenso, de una manera parecida a como después se produciría la operación con el Príncipe.

Pero ante la pertinaz resistencia del Generalísimo y de su entorno, algunos monárquicos juanistas pasaron a la acción a través de los medios de comunicación social. En el periódico “Madrid” se situaron Rafael Calvo Serer como presidente y Antonio Fontán, como director, junto con un buen plantel de profesionales, y dedicaron la línea editorial a la defensa del juarismo y el ataque al Régimen por su inmovilismo. Esta actuación le llevaría a una primera sanción de clausura del diario en el año 1.968 por cuatro meses y unos años después, el cierre definitivo en 1.971.

Anteriormente, en julio de 1.969 y ante la inminencia del nombramiento de don Juan Carlos de Borbón como sucesor as la Jefatura del Estado a título de Rey, el “Madrid” de Calvo Serer y  Fontán intentó una última maniobra, absolutamente condenada al fracaso, de intentar que el nombramiento del príncipe fuera de Regente, para después dar paso a su padre don Juan.

Pocos años después, muerto Franco, Fontán, que entró a formar parte del la Unión de Centro Democrático, sería el primer presidente del Senado en la democracia, y más tarde formaría parte del gobierno de Adolfo Suárez como ministro de Administración Territorial.

Posteriormente se dedicó a la Fundación del diario Madrid y al Comité Internacional de Instituto Internacional de Prensa. En 2008 el Rey le concedió el título de marqués de Guadalcanal por su destacada trayectoria en el mundo de la universidad, la política y el periodismo.