Ingrid Betancourt: una mujer sin consideración por su ex -esposo

"Durante 6 años 4 meses y nueve días yo me he dedicado sin descanso a lograr su liberación". "Cuando bajó del avión ella me dijo '¿Qué hay de nuevo Juaqui?', yo había imaginado todo, menos eso", escribe Lecompte. 

El día de su liberación, Betancourt decidió irse inmediatamente para París sin su esposo, seis meses más tarde, ella pidió el divorcio. Lecompte describe como descubrió a una mujer fría, a la que ya no reconoce y a pesar de eso intenta comprenderla. "Yo sé que ella ha sufrido en cautiverio pero aquello no impedía que ella tuviera un mínimo de gratitud", afirma.

En el texto, el ex - esposo de Betancourt describe que cuando ella le pidió el divorcio su padre se encontraba en grave estado de salud y los médicos le habían dicho que sólo le quedaba una semana de vida.

"Pero hacía falta más para emocionarla. Ingrid se negó a esperar. Era como un capricho. Nada más tenía importancia, ni la muerte de mi padre. Ella envió a un abogado el día siguiente, el 11 de enero (de 2009), al hospital. Ese día, oficialmente, dejé de amarla. No reconocía más a mi mujer", asegura.

"Para vivir en París, y llevar a Melanie y Lorenzo de vacaciones, Ingrid me reclamó 50 mil dólares", relata Lecompte frente a la actitud que él describe que Betancourt tomó frente al dinero.

"Tal vez, Ingrid ignoraba, en esa época, que yo había dejado de trabajar cinco años para buscar su liberación y que había vendido mi apartamento. Ingrid no fue sensible a este gesto. Ella cobró el cheque juzgando que la suma aún era insuficiente. Me pidió que me endeudara", agrega en el libro.

La Fundación País Libre asegura que "el impacto sentimental y la depresión moral causadas por los secuestros pueden desequilibrar a una pareja. En un 70 por ciento de los casos, esto termina en un divorcio".