Zapatero se nos va de oración

El nuevo embajador de Estados Unidos en Madrid, Alan Solomont, desveló quizá sin pensárselo demasiado que el presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, participaría este 4 de febrero en Washington en el llamado Desayuno Nacional de Oración, un acto religioso que desde 1953 organiza The Family, un lobby católico conservador, y al que también acudirá el presidente estadounidense, Barack Obama. Con la noticia en la calle, la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega no tuvo más remedio que comentar que ZP, un laicista empedernido, se siente honrado por participar en el dichoso desayuno de oración, aunque este acto, de origen religioso, sea ajeno a la tradición política europea y esté en las antípodas de lo que piensa y siente el presidente español. El Gobierno dio a entender que, en realidad, la iniciativa es del inquilino de la Casa Blanca, y el PP, siempre al quite, ironizó. "Obama bien vale una misa", dijo la portavoz parlamentaria Soraya de Santamaría, mientras la derecha mediática agitaba el frasco de las descalificaciones, al hilo de la contradicción de Zapatero.

Desde Santiago de Compostela, con el Xacobeo en marcha, su arzobispo no dijo nada sobre esta gran cita religiosa de Zapatero, pero a buen seguro que algo murmuró para sus adentros. Y es que a Julián Barrio le tocó recibir, por sorpresa, uno de los primeros avisos de Zapatero a la Iglesia católica. Sucedió en una mesa que ambos compartieron al poco de llegar ZP a la Moncloa. Todavía en esa fase de conversación en la que se suele hablar de si llueve o hace calor, Zapatero ya se despachó a gusto. Y al tiempo que expresaba su deseo de seguir visitando Galicia a menudo, como hacía en sus años mozos, le dejó caer al arzobispo con una medio sonrisa: "Pero no para venir a rezar a la Catedral".

Así, pues, como en la Iglesia no hay mal que por bien no venga, esta inesperada cita de oración en Washington puede conducir a Zapatero a la reflexión e incluso a orar en la Catedral compostelana para mayor gloria del Año Santo. Y no digamos si ZP aprovecha esta cumbre religiosa con Obama para pedirle que le devuelva visita en pleno Xacobeo. Si eso sucede, seguro que Julián Barrio se recupera definitivamente del impacto de aquel almuerzo y, por el mismo precio, le perdona todos los pecados.