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Las elecciones para cubrir el escaño de Kennedy amenazan las promesas de Obama

lunes 18 de enero de 2010, 23:54h

La reforma sanitaria y otros grandes planes del Gobierno de EE.UU. peligran si el estado de Massachusetts elige mañana a un republicano para cubrir el escaño del senador Ted Kennedy, lo que quebraría la mayoría demócrata en la cámara alta.

De esta manera, el futuro de la reforma de salud descansa en el asiento que ocupó durante décadas el legendario senador, fallecido el pasado agosto, y que fue paradójicamente uno de los principales impulsores de esta iniciativa.

El presidente estadounidense, Barack Obama, se ha implicado personalmente en la campaña crucial de Massachusetts, un estado que en los últimos sesenta años ha estado representado en el Senado por un miembro del clan Kennedy.

Si los votantes de este estado eligen mañana al candidato republicano Scott Brown en lugar de su contendiente, Martha Coakley, los demócratas perderán el nivel de los 60 escaños que necesitan para aprobar leyes en el Senado sin temer el veto de los republicanos.

En la actualidad, los legisladores estadounidenses trabajan en la dura tarea de armonizar las dos versiones de la reforma sanitaria que aprobó la Cámara de Representantes y el Senado a finales del año pasado.

Si pierden los 60 escaños, los demócratas se verán obligados a ceder a las exigencias de los republicanos y descafeinar aún más el proyecto de reforma, del que ya se eliminaron algunos elementos importantes, como la creación de un seguro de salud público.

"Muchas iniciativas legales van a depender de un solo voto en el Senado de EE.UU.", dijo Obama a los votantes de Massachusetts en un mitin electoral celebrado el pasado domingo, consciente de que la reforma del sistema de salud y otras de sus promesas electorales podrían quedar trabadas en la cámara alta si pierden estas elecciones.

El segundo senador que representa a este estado en la cámara alta, el demócrata John Kerry, fue más allá, al afirmar que las elecciones de mañana "van a determinar cómo queda establecido el equilibrio de poder" en Estados Unidos.

Las encuestas no son muy halagüeñas para los demócratas, pues la mayoría apunta que Brown supera en intención de voto a Coakley, con una diferencia de entre cinco y diez puntos.

Se trata de una situación extraña para un estado profundamente liberal que no ha votado por un senador republicano desde 1972.

Una victoria republicana, independientemente del efecto que tenga en el reparto del poder en el Senado, sentaría un mal precedente para los demócratas de cara a las elecciones legislativas que se celebrarán el próximo mes de noviembre.

Los analistas políticos creen, además, que dado que en Massachusetts sólo uno de cada ocho votantes se confiesa republicano, una victoria de Brown revelaría un fuerte trasvase de los votantes independientes hacia el partido de la oposición.

Sería además la tercera derrota para los demócratas en los últimos meses, tras las elecciones para el gobernador de Nueva Jersey y de Virginia.

En este panorama, las elecciones legislativas de noviembre podrían ser un desastre para los demócratas, dos años después de la victoria histórica de Barack Obama, que ganó con un fuerte respaldo popular.

Otros observadores hacen una lectura más profunda de la situación y consideran que, dada la implicación personal que el presidente ha tenido en la campaña, con mítines electorales y anuncios televisados, una derrota demócrata sería un rechazo a su gestión.

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