El anuncio de Zapatero de que se pondrá en marcha una comisión negociadora “de alto nivel” presidida por Elena Salgado, y en la que estarán, los titulares de Fomento, José Blanco, y el de Industria, Miguel Sebastián pero no el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, se ha convertido, claro, en el comentario y el 'chau chau' de los pasillos durante la celebración del pleno monográfico en el Congreso sobre la economía.
El debate lo azuzó aún más el secretario de Comunicación del PP,
Esteban González Pons, quien se apresuró a interpretar que el anuncio de
Zapatero de crear esa nueva Comisión negociadora encabezada por la vicepresidenta
Elena Salgado, excluyendo de ella a
Corbacho, era toda “una remodelación de Gobierno encubierta”.
El malestar del propio Corbacho por esta ‘maldades’ que fueron extendiéndose como la pólvora por la Cámara, no se disimulaba. “Es que son ámbitos diferentes”, aseguraba una y otra vez el cariacontecido ministro ante las cámaras de todas las radios y televisiones. Y es que, según aclaró, la Comisión de Salgado no va a tocar ni la reforma de las pensiones ni el diálogo social, asuntos que quedan exclusivamente circunscritos a la Comisión del Pacto de Toledo en donde se sientan los partidos, los sindicatos y la patronal.
Luego, en declaraciones a diariocrítico, Corbacho, al que acompañaba la secretaria de Estado de Comunicación,
Nieves Goicoechea, se ‘desahogó’ y reconoció que quizá no habían quedado muy claras las competencias de la nueva Comisión en la que él no estará, detalle que, evidentemente, desligó de supuestas discrepancias con Sebastián o la propia vicepresidenta. “Es que si se incluye la reforma de las pensiones, al día siguiente se me levantan los sindicatos de la mesa del Pacto de Toledo, que es donde debe discutirse este asunto y donde se está desarrollando el diálogo social”, enfatizó el ministro.
Bien. Pero, ¿y qué papel le queda ahora al portavoz del PSOE,
José Antonio Alonso? Pues nadie lo sabe a ciencia cierta. Según su ‘número dos’,
Eduardo Madina, la ronda de conversaciones abiertas con los portavoces de los grupos parlamentarios va a continuar porque se trata de otro cauce de diálogo dirigido a explorar el ánimo de los grupos para consensuar las acciones y las políticas que lleve a cabo el Gobierno en Parlamento. “¿Cuántos foros necesita Zapatero para arreglar el desaguisado que tiene?”, se preguntaban los populares.
Pero el 'incidente' y las nuevas ocurrencias de Zapatero vuelve a poner, para su contrariedad, en el punto de mira al titular de Trabajo, mientras deja al descubierto la ausencia de una política de comunicación clara y explicativa que evite estos ‘malos entendidos’.
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El propio ministro, a Diariocrítico: "Si me incluyen en la Comisión, al día siguiente los sindicatos se levantarían de la mesa del Pacto de Toledo"
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