Manejo petrolero

La ley de Personal de las Fuerzas Armadas fue reformada por el Congreso en el año 2005; el Art. 196 de la citada ley reformada, dice: “Es prohibido para los militares en servicio activo, desempeñar cargos, empleos o funciones públicas ajenas a su actividad profesional militar”.

No obstante esta prohibición, el Presidente Correa, dispuso que la Fuerza Naval se haga cargo del manejo de Petroecuador, la más grande empresa estatal del país; mediante Decreto Ejecutivo 766 del 29 de noviembre de 2007. Según el documento, la deficiente organización de las áreas de Petroecuador, “significa pérdida de ingresos para el desarrollo del pueblo ecuatoriano, lo que puede provocar una grave conmoción interna”; extraño argumento para declarar a Petroecuador en emergencia y forzar el empleo de la Fuerza Naval en el manejo petrolero. La Constitución actual establece una de las causales para declarar el estado de excepción, “grave conmoción interna”, no dice “lo que puede provocar”; en fin ya han pasado 27 meses, del decreto 766 y la administración de la Marina está por concluir.

El manejo petrolero per se es harto complejo, hay muchos intereses económicos de por medio y ha sido el botín político en casi todos los regímenes desde 1972, año desde el que se viene explotando esta riqueza no renovable en la región amazónica. Lo cierto es que si se manejara técnicamente, como una empresa, con los directivos y técnicos adecuados, idóneos en toda la extensión de la palabra, los gobiernos de turno no tendrían que “meter mano”, jamás necesitarían de nadie más que de ese personal confiable ciento por ciento, peor de una institución militar como es en este caso.

Hay un dicho popular difundido en los cuarteles: “el militar ni se presta ni se niega”; es decir que el militar está dispuesto a cumplir lo que se le  ordena, pero no está tras de ofrecer sus servicios sin haber sido demandado. Al concluir la presencia de la Marina en el manejo de Petroecuador, según los analistas destacan que hay puntos a favor y en contra; a favor sería la estabilidad administrativa, la honestidad de sus directivos, el incremento de la producción, la puesta de la casa en orden, entre otras; en contra, se ha dicho que estuvieron presionados por acciones de actores vinculados con el negocio petrolero de dentro y fuera del gobierno; la cuestionada alianza con la estatal venezolana (Pdvsa); “Estas alianzas, sin ningún tipo de concurso abierto, son un riesgo.¿Qué pasa si cambia el Gobierno en Venezuela o Ecuador?”.

Un experto petrolero, con una carga de sinceridad, señala que la Marina no puede responder por todo. La entidad solo ejecuta  las políticas ordenadas por el Ejecutivo; luego añade “Las políticas vienen teledirigidas con intereses políticos, por lo que Petroecuador no pudo hacer nada al respecto”.

En definitiva, creo que la Marina Nacional, al finalizar su gestión frente a la administración de Petroecuador, con todos los avatares, dificultades, presiones e intereses; se ha esforzado para cumplir con el país, eso merece un especial reconocimiento.