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Se realiza la ceremonia de traspaso de mando presidencial

Cristina dejó un mensaje optimista para el pueblo chileno

Cristina dejó un mensaje optimista para el pueblo chileno

jueves 11 de marzo de 2010, 13:15h
La presidenta Cristina Fernández de Kirchner asistirá a la ceremonia de traspaso de mando del gobierno de Chile en la que el empresario Sebastián Piñera sucederá al frente del Ejecutivo del país trasandino a Michelle Bachelet.

La jefa de Estado, quien arribó en horas de la tarde del miércoles a Santiago, mantuvo por la noche un encuentro con Bachelet, a quien definió como "una amiga de la Argentina", y aseguró que durante la reunión con la mandataria saliente en el histórico Palacio de La Moneda "todo fue muy cordial y el tema casi excluyente fue la situación por la que atraviesan los hermanos chilenos, pero de la que van a salir adelante", en referencia al terremoto.

La Presidenta se manifestó confiada en la recuperación de la nación trasandina porque "porque sabemos de la fuerza y la entereza del pueblo Chile, de su sociedad, de su orgullo como país". "Van a salir adelante porque la solidaridad no solamente es una palabra sino una acción que debemos desempeñar cotidianamente todos los días", aseguró.

En una austera ceremonia, Sebastián Piñera asume la presidencia

El millonario de derecha asumirá la presidencia de Chile en una ceremonia que se anticipa austera e iniciará una nueva etapa política tras 20 años de gobiernos de la Concertación con una gestión marcada por las consecuencias del terremoto del 27 de febrero.

Este jueves en el Congreso Nacional, instalado en la ciudad portuaria de Valparaíso, Piñera -un ingeniero comercial de 60 años- recibirá el mando de manos de la socialista Michelle Bachelet, la primera mujer que ejerció el cargo y que se retira con un inédito índice de popularidad del 84 por ciento, a pesar de las críticas a su gobierno por el manejo del desastre.

La austeridad y la sencillez, obligadas por el terremoto de 8,8 grados que desbastó regiones del centro y sur del país, será la consigna para todas las ceremonias tradicionales, en lugar del esperado cambio de mando del Bicentenario en sintonía con los festejos por los 200 años de la Independencia de Chile.

Las consecuencias del desastre demandarán un esfuerzo de reconstrucción que, según anticipó el mismo Piñera, tomará al menos sus dos primeros años de gobierno y obligará a redefinir prioridades y objetivos de gestión.

Tras el acto en Valparaíso, previsto para las 12 -igual horario que en Argentina-, el nuevo mandatario ofrecerá un almuerzo a los presidentes que confirmaron su presencia en la residencia de descanso de Cerro Castillo, en el balneario de Viña del Mar, que lejos de tener un tono protocolar adquirirá las formas de una comida de trabajo.

Por la tarde, se prevé que Piñera inicie oficialmente sus actividades como mandatario visitando la ciudad de Constitución, 359 kilómetros al sur, una de las más castigadas por el terremoto y posterior tsunami de hace once días.

Cuando la presidenta Bachelet entregue a su sucesor la piocha -estrella que cierra la banda presidencial- del prócer Bernardo O`Higgins, símbolo del mando del país, cerrará un ciclo de 20 años de gobiernos de la Concertación por la Democracia, la coalición de partidos de la centroizquierda que gobernó tras la dictadura de Augusto Pinochet.

Ese acto será, al mismo tiempo, el regreso de la centroderecha al poder de manera democrática, después de 52 años.

Piñera se impuso con el 51,6% de los votos en la segunda vuelta electoral del 17 de enero último al candidato de la Conceratación, Eduardo Frei.

El presidente electo es un empresario con una fortuna estimada en más de 2.000 millones de dólares, se desprendió en las últimas semanas de la mayoría de sus acciones en distintas empresas, tal como se comprometió en la campaña, aunque aún le resta un saldo accionario de Lan Chile.

La previsión de su gobierno era alcanzar un crecimiento anual del 6 por ciento -un 1,5 superior a la media de los últimos años- y crear un millón de nuevos empleos a lo largo de su gestión, cifras que podrían ser revisadas de acuerdo a la marcha del plan de emergencia y reconstrucción.

Pero la misma crisis que generó el terremoto podría convertirse en el motor de un crecimiento superior al 4,5 por ciento, basado en la demanda que enfrentarán rubros claves como la construcción y los servicios.

Parte del pronóstico favorable responde a la situación financiera que dejará Bachelet con ahorros fiscales por 14.706 millones de dólares, fondos clave para iniciar la reconstrucción.

Piñera llegó al poder como candidato de la derechista Alianza por el Cambio -apoyada en los partidos Renovación Nacional y Unión Democrática Independiente- y un mensaje de cambio, aunque anticipó que continuará e incluso profundizará la red de protección social impulsada por su antecesora.

El terremoto, políticamente, permitirá al futuro mandatario contar con el respaldo de la Concertación -impensado antes del sismo- para dar rápido tratamiento y aprobación a un conjunto de leyes que apuntan a modificar el presupuesto 2010 para reasignar partidas a la emergencia y apuntalar los programas de reconstrucción.

Ayer miércoles, víspera de su juramento, el nuevo presidente se reunió con delegaciones y dignatarios extranjeros en el Municipio de Santiago, entre ellos el Príncipe Felipe de Asturias, heredero de la Corona de España, y los titulares de organismos internacionales.

Se espera el arribo de los presidentes de Paraguay, Fernando Lugo; de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner; de Uruguay, José Mujica; y de Colombia, Alvaro Uribe; de Ecuador, Rafael Correa; y de Perú, Alan García, país con el que Chile tiene un diferendo limítrofe pendiente en el Tribunal Internacional de La Haya.

También estará presente el presidente de Bolivia, Evo Morales, con quien Piñera tiene programado un encuentro de fútbol para solidarizar con las víctimas del terremoto en la Escuela de Carabineros de Chile.

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