El Gobierno de EE.UU. reiteró su compromiso "inquebrantable" con Israel, al que calificó como un aliado "estratégico", en medio de ataques de republicanos por el manejo de Washington a la controversia por los asentamientos judíos en Jerusalén.
El anuncio del Gobierno israelí la semana pasada sobre la construcción de 1.600 nuevas viviendas en el este de Jerusalén, en la parte árabe de la ciudad, profundizó las tensiones entre EE.UU. e Israel en los últimos días.
La Administración Obama, desde el presidente Barack Obama, hasta el vicepresidente Joe Biden y la secretaria de Estado, Hillary Clinton, han afirmado que la expansión de los asentamientos dificulta el ya estancado proceso de paz entre palestinos e israelíes.
Durante una rueda de prensa, el portavoz del Departamento de Estado, Philip Crowley, afirmó que Israel "es un aliado estratégico de Estados Unidos y seguirá siéndolo".
Según Crowley, el compromiso de Estados Unidos con Israel "permanece inquebrantable" y la controversia en torno a los asentamientos, no afectan la agenda bilateral en general.
Agregó que la secretaria de Estado sigue a la espera de una respuesta al planteamiento que ella hiciera el viernes pasado al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, para resolver la disputa.
En su llamada telefónica a Netanayhu, Clinton delineó las "medidas apropiadas" que debe tomar el Gobierno israelí y se espera "una respuesta", señaló Crowley.
El portavoz hizo esas declaraciones para salir al paso de fuertes ataques de líderes republicanos en el Congreso sobre la reacción del Gobierno de Obama al anuncio de los asentamientos.
Varios líderes republicanos tacharon hoy los comentarios de la Casa Blanca como "irresponsables" e incluso acusaron a Obama de ponerse del lado de "enemigos".
El republicano "número dos" de la Cámara de Representantes, Eric Cantor, dijo estar sumamente preocupado por los "comentarios irresponsables" del Ejecutivo y aseguró que, con tal de congraciarse con el mundo árabe, "esta Administración ha demostrado una preocupante disposición para minar a nuestros aliados y amigos".
Mike Pence, presidente de la Conferencia Republicana de la Cámara de Representantes, se sumó al coro de acusaciones.
"Desde su investidura, el presidente Obama ha extendido reiteradamente una mano de cooperación a nuestros enemigos, mientras deja de lado las preocupaciones e intereses de nuestros aliados", dijo Pence en un comunicado.
La retórica de la Casa Blanca "amenaza la estabilidad de Israel en un momento en que afronta amenazas terroristas en sus fronteras y la posibilidad de un Irán con armas nucleares", se quejó Pence.
Agregó que los republicanos de la cámara baja continuarán apoyando a Israel y responsabilizarán a la Administración por sus "palabras y hechos" en torno al pueblo y el Gobierno israelíes.
El senador republicano Sam Brownback atribuyó la expansión de los asentamientos a una decisión urbanística y afirmó que los ataques no ayudan a avanzar en el proceso de paz.
Aipac, el grupo de presión judío de mayor peso en EE.UU., ha instado al Gobierno de Obama a que tome medidas "de inmediato" para reducir las tensiones.
Según la embajada de Israel en Washington, las tensiones por los asentamientos en Jerusalén marcan un nadir en las relaciones bilaterales desde la década de los setenta.
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