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¿Estamos locos o qué?

'Aído ¿qué haría yo sin ti?

"Aído ¿qué haría yo sin ti?

jueves 18 de marzo de 2010, 12:49h

Soy de la escuela del utilitarismo (a mí pesar) y en esta vida todo lo valoro en función de cuál sea su utilidad. Para mí, Bibiana Aído pasará al registro de mi memoria como la mejor política en darme ideas para hacer esta columna, que no crean ustedes que todos los días hay temas de los qué hablar.

Nadie como ella hace las declaraciones más rimbombantes y huecas. Grandilocuentes pero vacías de contenido. Vaya por delante que servidora es una defensora a ultranza de los derechos de las mujeres y que sueño con la igualdad real. Pero añado también que esa igualdad no pasa por algunas de las medidas que esta ministra pretende promover, entre otras cosas, porque por encima de los derechos que ella quiere, están los derechos de los ciudadanos a que se destine el dinero de sus impuestos a medidas que sean verdaderamente útiles y necesarias. Y, sinceramente creo que muchas de las de Aído, no lo son. Igualdad sí, chorradas, no. Ley de violencia de género, sí, mapa del clítoris con semejante subvención, no.

Ahora Bibiana ha vuelto a hablar y cada vez que ella habla, sube el pan. En unas jornadas organizadas por el PSOE en la Cámara Alta (o sea, Senado), que llevan por título “Universidad e igualdad”, Aído ha apostado porque la igualdad, los estudios de género y la tradición intelectual del feminismo ocupen un lugar en la formación troncal de los estudiantes universitarios de los españoles.

Por partes. Yo soy de las que defienden que, independientemente de la carrera universitaria que se escoja, se hace necesario tener unos conocimientos más que básicos de la historia que nos precede, al menos de la que a nuestro continente se refiere, esto es, la vieja Europa. Con la historia va implícito el pensamiento político, económico e intelectual, especialmente el que se da en los siglos XVIII, XIX y XX. Y dentro de esta etapa y movimientos se encuentran, entre muchos otros, el feminismo. Pero no es el único. Se hace necesario también el estudio del marxismo, del liberalismo e incluso de nacionalsocialismo para entender lo que nos rodea y en muchos casos no repetir errores del pasado (véase nazismo y por razones obvias). La Historia es eso, entender el pasado, no para juzgarlo, sino para comprender el presente y hacer un mejor futuro en la medida de lo posible.

La historia del pensamiento político e intelectual está llena de corrientes filosóficas de las que en su día bebieron el gérmen de los partidos que actualmente están en el congreso. Nadie se ha inventado nada, ni siquiera los partidos nuevos.

Así que como medida intelectual me parece correcto pero el feminismo no se entiende por sí mismo sino en su conjunto y explicado en un contexto histórico. Dicho de otra manera; si la ministra quiere cambiar el sistema universitario y desea que los futuros alumnos tengan una formación más humanística, todos le aplaudiremos la idea, pero que esta formación no sea vectorial ni tendenciosa. Si estudiamos las corrientes de opinión, estudiemos todas. El marxismo por sí mismo hoy no se entiende si no se explica que cuando nació había una sociedad estamentaria basada en privilegios que hoy no existen. De la misma manera el feminismo del XIX nada tiene que ver con el actual, entre otras cosas porque muchas de las causas por las que lucharon las pioneras, afortunadamente para nosotras, ya están conseguidas.

No me entienda usted mal, señora Aído, que yo soy la primera que quiero que el feminismo avance, pero no a trompicones y con una sola pata cuando necesita cuatro. Así que haga usted sus propuestas pero llenas de contenido y así empezaremos a darnos cuenta de que es usted la primera que ha hecho buen uso de lo aprendido en la escuela y en su formación universitaria y que, además, le ha cundido.

Una cosa más. Igual se lleva usted las manos a la cabeza con lo que le voy a decir y para que vea que en esta vida está casi todo inventado. La Universidad de Navarra (de la que soy ex alumna de Historia) ya contempla en sus planes de estudio desde siempre que todos los alumnos en todos los cursos de todas las licenciaturas tengan como asignatura obligatoria el estudio de la filosofía, la antropología, el pensamiento político, la ética y la teología. Lo de la teología lo tiene usted que entender porque es una universidad católica y además privada. Usted mete la educación para la ciudadanía y ellos la teología. Aquí cada loco con su tema. Pero fíjese, hasta en el mismísimo Opus Dei enseña el feminismo, el marxismo y el socialismo. Para que usted vea.

Ya por último, un idea…¿qué tal también un poquito de biología en las clases? Para que empiecen a ver los alumnos que un embrión de doce semanas sí es un ser humano. Luego si quieren votar las leyes del aborto que lo hagan pero sabiendo bien lo que votan. El pueblo (incluso las clases bajas y menos favorecidas) tiene que ser letrado para no ser manipulado. (Esto me ha quedado muy socialista, ¿no?)


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