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Concluidas las dos primeras fases de esta zona verde sin una sola pradera de césped

Las culturas mediterráneas, el diálogo y la reflexión, protagonistas del parque Juan Pablo II

jueves 03 de mayo de 2007, 14:28h
La cultura mediterránea y la búsqueda del diálogo y la reflexión configuran el paisaje singular del Parque Juan Pablo II, una zona verde de más de 10 hectáreas en el distrito de Hortaleza. El agua es el hilo conductor en el guión de este parque donde la ausencia absoluta de praderas se ha suplido con desniveles de plantas tapizantes, paseos con parterres, y extensiones de láminas de agua. Más de 26.000 arbustos y 1.258 árboles entre los que se cuelan algives, fuentes, estanques, relojes de sol y curiosos juegos.
Después de 17 meses de obras Hortaleza goza ya de las dos primeras fases del parque Juan Pablo II, una zona verde de más de 10 hectáreas inspirado en el mensaje del pontífice y en la historia de los pueblos mediterráneos, con el sol y el agua como  protagonistas. El alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, acompañado del cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, y de la concejala de Medio Ambiente, Paz González, ha inaugurado estas dos primeras fases, una     zona estancial y otra temática, separadas por la Avenida Machu Pichu.

  La singularidad del parque radica, precisamente, en la ausencia absoluta de praderas de césped y en la abundancia de canales, estanques y láminas de agua, que suman más de 8.200 metros cuadrados. En la zona estancial además del agua, el sol se erige en hilo conductor del parque, como eje de la cultura mediterránea. Un gran reloj solar preside la plaza central que representa una estrella de la que parten los rayos solares a modo de caminos. Entre ellos se alternan zonas con vegetación agrícola o forestal, con especies como fresnos, olivos, algunos de ellos de más de 200 años, encinas, abedules, almendros, pinos, cerezos o alcornoques. Destacan, por su singularidad, algunas vides y granados y abundan también plantas típicas mediterráneas -romero, salvia, lavanda o laurel-.

Vista desde arriba la planta de esta zona es una espiral, inspirada en la Razón Áurea, construida mediante arcos de agua en círculo y enlazados. A diferencia de la parte temática esta zona está abierta y sin vallar, y goza de un paseo cubierto de una pérgola con un rosal trepador, y de un carril-bici, ramal secundario del anillo verde ciclista.

Al otro lado de la Avenida Machu Pichu se abre la zona vallada que recibe al visitante con un monolito en el que puede leerse una de las frases que dedicó Juan Pablo II a Madrid en su última visita a la capital, hace exactamente cuatro años.  Al paseo de los asistentes, este jueves, han acompañado los acordes medievales interterpretados en directo por un cuarteto de música, y una poética explicación en la que se han dado las claves del diseño de esta fase, "un homenaje al mar mediterráneo, sus culturas, el mestizaje y la unión de oriente y occidente".

El desnivel del terreno se ha aprovechado para emular jardines árabes con fuentes, cerámicas, celosías, acequias y albercas, entre las que se ha podido escuchar un cuento de Sherezade. La antigua Babel y los jardines colgantes de Babilonia han inspirado otra de las zonas, aún muy incipiente, que precede a un espacio central al que se ha denominado Paraíso.

"El hombre que luchó con la palabra"
Esta zona también hace un guiño al huerto medieval, presidido por un pozo, y que recuerda a las huertas monacales. Tras los juegos infantiles, todos ellos de madera y a la vista de algunos camellos inmóviles, se abre paso el palmeral de Juan Pablo II, personalidad a la que se ha referido en varias ocasiones el alcalde,  quien considera esta parque el mejor homenaje que le ha podido hacer la ciudad de Madrid. Para Gallardón el ya fallecido pontífice fue un hombre que luchó con la palabra y con el pensamiento contra todo tipo de totalitarismos de los que también él fue víctima". Según ha explicado "el parque quiere simbolizar esa fe de Juan Pablo II en el diálogo, y que Madrid se esfuerza también en obtenerlo".

A estas dos fases, que tendrán vigilancia y en las que se han plantado más de 1.200 árboles y 26.000 arbustos, seguirán otras dos, una deportiva y otra didáctica, con instalaciones que recuerden los usos tradicionales de la vegetación en el Mediterráneo, según Federico Sepúlveda, director de Patrimonio Verde del Ayuntamiento de Madrid.  Galería de imágenes
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