España pierde peso político en la UE

Es la sensación generalizada en el mundo empresarial y financiero: que la Presidencia europea, en vez de suponer de catapulta para España, está sirviendo para poner de manifiesto su pérdida de peso político específico en la Unión Europea. Es una reflexión que, bien documentada, se está extendiendo en la cúpula empresarial y financiera española.

Se cree, según ese análisis, que el eje Berlín-París, que siempre ha funcionado bien, ahora tiene más poder que nunca, y que en ese eje España no tiene ni voz ni voto. En otras palabras, que Zapatero no es sólo que no sea escuchado por la germana Merkel y el francés Sarkozy, sino que además es ninguneado en las grandes decisiones económicas que toma la UE, pese a que España ostenta la Presidencia.

Según esos círculos, el propio Zapatero ha tomado conciencia del problema, sobre todo en base a los 'chorreos' que estaría recibiendo directamente de los líderes europeos, lo que ha motivado un cambio de rumbo en la política económica española que ha empezado a manifestarse -según el sector financiero y empresarial- hace un mes y medio. Una prueba de ese cambio de rumbo -para esos medios- es la entrevista mantenida por ZP con Financial Times este lunes, en la que ha reconocido -¡por fin!- que España tiene serios problemas, pero ha insistido en que el Gobierno está trabajando para resolverlos y que está proponiendo medidas específicas. Para esos sectores, ZP ha intentado ganar confianza en el mercado financiero internacional y credibilidad entre los creadores de opinión europeos.

Es decir, esa entrevista ha 'gustado' en la élite financiera y empresarial española, que empieza a aplaudir las nuevas medidas que propone el ministro Corbacho en materia de reforma laboral. Unas medidas que, claro, no parece que vayan a gustar a sindicatos y trabajadores, y que, en todo caso, no van a servir para paliar la falta de liderazgo de ZP en la Presidencia de la Unión Europea.