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Marchando una de conferencias

lunes 03 de mayo de 2010, 19:23h

 

 

Dicen que en Madrid, o pones una conferencia o te la ponen. Algo parecido está pasando en Valladolid desde que estalló la crisis allá en 2007. A partir de ese fatídico año, si ha habido un negocio en auge es el de los conferenciantes, que se han llenado los bolsillos de euros por ofrecer su visión sobre la actual coyuntura económica. En esta fiebre por las charlas, las hay de dos tipos: las que explicaban al principio porqué surgió el ‘crack’ y las que señalan las medidas para recuperar la senda del crecimiento. Entre las primeras, destaco la pronunciada por Leopoldo Abadía, el autor de ‘La Crisis Ninja’, no sólo por su desparpajo y facundia, sino también por la moraleja: no compres nunca nada que no entiendas. Si los inversores y los consumidores hubiéramos aplicado esa lógica aplastante, no habríamos adquirido productos financieros tan sofisticados como fraudulentos que arruinaron a millones de personas y a bancos con una histórica trayectoria. De este grupito de conferenciantes también recuerdo especialmente dos casos: el de un ejecutivo de la banca que afirmaba con seguridad cómo evolucionarían los mercados a medio plazo, sin que el pobre pudiera intuir su futuro más inmediato: su despido al quebrar la entidad financiera norteamericana para la que trabajaba en España. Y es que una cosa son las estadísticas y las tablas macroeconómicas proyectadas con el ‘power point’ y otra la dura realidad. También fue sonada la intervención del que se considera a sí mismo como uno de los mayores expertos de España en economía, y cuyas intervenciones públicas son tan frecuentes en los medios de comunicación que me pregunto de dónde saca tiempo ese hombre para trabajar en lo suyo. Pues bien, este privilegiado cerebro defendió, ante un auditorio de casi 300 cualificadas personas, la solidez y fortaleza de las cajas españolas y descartó problemas en las entidades de ahorro. 48 horas después, el Banco de España intervino Caja Castilla-La Mancha.

 

La segunda categoría de conferencias son las que argumentan qué medidas hay que adoptar para salir de la crisis. Lo curioso es que todos coinciden: reforma del mercado laboral para aumentar la flexibilidad y reducir el coste tanto de contratar como de despedir; recorte del gasto público; desarrollo de una política energética creíble donde debe contemplarse la energía nuclear; disminución de la deuda exterior; aumento de la competitividad de nuestras empresas a través de la I+D+i; mayor internacionalización de nuestro tejido productivo; unificación de las normas impuestas por cada una de las comunidades autónomas; mayor eficiencia de las administraciones públicas, etc. A este bloque de conferencias le podríamos denominar ‘más de lo mismo’, ya que todos los expertos coinciden en la estrategia a seguir para que la economía española vuelva a crecer. Entonces, ¿por qué nuestros gobernantes no les escuchan? Pues tal vez porque a los políticos monclovitas les pase lo mismo que a Arquias, rey tirano de Tebas, cuyos jefes de sus milicias decidieron asesinarle durante un banquete. En la cena, un mensajero llegó con una carta al rey donde se describía punto por punto cómo iba a ser el regicidio y hasta el nombre de los conspiradores. El mensajero urgió a Arquias para que leyese la misiva porque se trataba de un tema serio y urgente, pero éste le contestó: “las obligaciones, para mañana”. Y, efectivamente, el asunto quedó postergado para siempre, porque durante esa cena fue asesinado tal como explicaba la carta. En España, nuestro Arquias parece haber escuchado, por fin, a los mensajeros de la UE.

 

Alberto Cagigas. Director de Castilla y León Económica. 

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