Relaciones España y Bolivia
Eduardo Subieta Arza
Para nadie es desconocido lo delicado de las relaciones entre Bolivia y España, desde que Evo Morales se hizo de la Presidencia del país. Hasta ese momento, las relaciones bilaterales habían sido bastante fraternas y fluidas entre dos países que vivieron similares tiempos de transición democrática. La aparición de las formas de interlocución en base a la afinidad política, tuvieron momentos muy importantes en la relación bilateral. Basta recordar el momento cuando coincidieron Jaime Paz Zamora y Felipe González en las Presidencias, donde se volvieron tangibles y difundidas las brillantes acciones y gestos de cooperación. De ese tiempo recordamos la instalación de la oficina técnica del entonces Instituto de Cooperación Iberoamericana en Santa Cruz o la incansable gestión para la cooperación en la restauración del patrimonio cultural de Potosí, desarrollada por el recordado embajador Carmelo Angulo. Más adelante, la afinidad entre los Presidentes Sánchez de Lozada, Banzer (y luego Quiroga) con el Presidente Aznar, con quienes se lograron política de apertura a la inversión española inéditas en la historia boliviana.
Desde el año 2006, los ejes de la relación bilateral han variado y se encuentran centrados principalmente en los temas energéticos, debido a la notable presencia de inversiones españolas como REPSOL en el área hidrocarburífera y del Grupo Iberdrola en la distribución de energía eléctrica. Aún queda pendiente la definición de la situación de la AFP Previsión que es administrada por el BBVA, que seguramente se verá afectada por los proyectos de reforma al sistema de pensiones. Pero un fenómeno que ha hecho indispensable una relación bilateral constante y permanente, es el tema de la inmigración de bolivianos a tierras españolas, donde se calcula una importante presencia de población de origen boliviana, con sus consecuencias en los indicadores económicos y poblacionales en España.
No obstante, la tensión de las relaciones que causaron sobresaltos legales a través de las intervenciones policiales de las oficinas de REPSOL el año 2006 durante el proceso de “nacionalización” de las estructuras petroleras, desde el año pasado han pasado a mejor momento, pues el propio “número uno” de la petrolera española, Antonio Brufau, ha anunciado una millonaria inversión en los próximos cinco años, que beneficiarán a las economías de ambos países. Bajo la premisa de constituirse en “socios y no patrones”, REPSOL ha logrado armonizar su relación y operación en Bolivia. Se espera similar situación de respeto a la inversión para las otras áreas de la inversión española. La seguridad jurídica, será la señal de La Paz para las futuras acciones de inversión, han manifestado las autoridades de la cancillería boliviana.
La inmigración de bolivianos en España, es un tema que ha sido especialmente considerado por la administración de Rodríguez Zapatero. Las señales de buena voluntad hacia la consideración de los seres humanos envueltos en dicha relación, han sido elocuentes en la gestión del Presidente del Estado español y dicha política busca mantener los niveles de las remesas que los inmigrantes realizan y que son parte de los indicadores mensurables en la economía boliviana.
La versión oficial de la realidad bilateral argumentada por la embajada española es elocuente a través de la declaración del Embajador de España en La Paz, Ramón Santos. El diplomático, ha destacado que el papel de la inmigración boliviana es un factor de fortalecimiento en las relaciones con el país sudamericano, que calificó de "excelentes". En un acto diplomático celebrado en La Paz para celebrar el Día de la Hispanidad, Santos recordó que una de las bases de las relaciones entre ambos países es el número creciente de inmigrantes bolivianos que residen en España, en sus cálculos más de 250.000, que son un "elemento esencial" para fortalecerlas. "Estos miles de ciudadanos, con un pie en Bolivia y otro pie en España, están constituyendo un puente indestructible entre nuestros dos países, un puente que se construye con los cimientos de unas excelentes relaciones", aseguró el diplomático.
Señaló además que los "numerosos" viajes entre autoridades de ambos países, han permitido que España y Bolivia reacomoden recíprocamente su visión del otro, se comprendan mejor y se sientan más cerca. Ha consolidado nuestra relación de cooperación y ha reafirmado nuestra solidaridad con el pueblo boliviano", subrayó el diplomático. Santos explicó que, pese a la crisis económica internacional, España "no ha desfallecido" en su cooperación y solidaridad con Bolivia y destacó el "fiel compromiso" con el país sudamericano. La condonación de la deuda externa boliviana, la cooperación en el fortalecimiento de los sistemas públicos de educación y salud, la financiación en varios proyectos y el refuerzo de instituciones han sido, según el embajador, ejemplos claros de la solidaridad española.
La anécdota ha caracterizado las oportunidades de encuentro entre Evo Morales y la jerarquía del control político español. La primera visita oficial a España con la “chompa” que rompió el protocolo, el rumor de una supuesta corbata regalada por el monarca español al presidente boliviano o el lapsus del Presidente Morales ante el Rey de España con la mención a la “República”, han sido asumido como anécdotas de inocuos resultados, pero que seguramente quedarán registradas en los anales de la historia como la característica de la “especial” relación entre ambos países durante las respectivas gestiones.
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