Menudo papelón el que tuvo que hacer ayer
González Pons para criticar los resultados que mostraba el Barómetro del CIS con intención de voto electoral. Porque una cosa es dudar y otra bien distinta, acusar tan fuerte y gravemente de una manipulación política. A Pons le obligan a hacer unos papeles que no son propios de su talante, porque sus palabras mostraron unas iras que se han expresado de forma sobreactuada ante los medios.
¿Hay cocina en los sondeos del CIS? Pues puede ser. Pero no está tan claro que sea en contra del PP, sobre todo si no se toma la molestia de leerse el barómetro de cabo a rabo, sin quedarse en el dichoso dato de la distancia en la intención de voto. Y que a nadie se le olvide tampoco que el CIS nunca ha sido como las 'tablas de la Ley'. De siempre se equivoca en sus datos y muchas veces son más exactas las encuestas privadas que los sondeos oficiales. Lo que se debería preocupar realmente tanto a unos como a otros no es tanto las ventajas electorales, sino por qué los ciudadanos están tan preocupados por la clase política, a la que consideran segundo gran problema de nuestra sociedad.
Si (
No(
