miércoles 12 de mayo de 2010, 19:25h
No se alarmen las musulmanas liberadas por la nutrida manifestación femenina reclamando al gobierno francés la libertad de taparse la cabeza, la cara y cualquier otra cosa aduciendo que las ampara el derecho a la libertad religiosa. Las manifestantes hablaban por boca de sus opresores machos. Margarita Nelken, diputada feminista de la II República española, lo vio claro y por ello se opuso a otorgar el derecho de voto a la mujer: “Votarán lo que les ordenen los curas”. Como siempre, la “razón pura” de la religión choca con la “razón práctica” de la convivencia. Las verdades absolutas –fundadas en la fe religiosa– impiden la convivencia pacífica de grupos heterogéneos. De ahí la necesidad de una razón práctica que administre las libertades e impida la ruptura de la paz ciudadana. Si un gobierno católico o “ateo judeocristiano” autoriza la burka y el velo, que son elementos costumbristas no esenciales en islam, sienta precedente para que cualquier grupo, con el pretexto religioso, se disfrace de nazareno (como el Ku Klux Klan) exigiendo el respeto a tal práctica religiosa. Un fotógrafo socarrón distribuyó por Internet imágenes de presuntas islamistas con la cabeza y el rostro cubiertos, mientras por detrás mostraban por descuido su enorme tafanario. El mensaje de las islamistas es claro: exigen derechos, pero se cagan en la Revolución Francesa.
Si (
No(
