El debate del Estado de la Nación, crucial para Zapatero

Después de la 'victoria pírrica' que ha logrado con el decreto ley de las impopulares medidas antidéficit y de los amargos días que está pasando al comprobar su soledad política y parlamentaria, el presidente del Gobierno ha empezado ya a preparar a los próximos retos que tiene por delante. El primero, finalizar en el mes de junio la presidencia de la UE, procurando despedirse del cargo con algún 'éxito' que le mitigue el mal momento por el que atraviesa.
 
Ya en 'casa', el próximo reto será a primeros o mediados de julio, mes en el que el Gobierno fijará el debate sobre el estado de la Nación, el pleno más importante del año -junto con el de Presupuestos-, con el que se cerrará este duro y complicado periodo de sesiones. Zapatero está obligado a salir airoso del nuevo duelo que mantendrá con un Mariano Rajoy muy crecido ante la debilidad política de su adversario. 
 
Para entonces, todo apunta a que Zapatero habrá acometido una amplia remodelación de su Gobierno para poder presentarse en el debate de la Nación con un nuevo equipo con el que dar un impulso político a su Gobierno y su depauperada imagen, tanto internamente como en el exterior. Las quinielas sobre quienes caerán o se mantendrán en sus carteras volverán en breve a surgir.
 
A partir de ese momento y con esa nueva 'fachada', Zapatero debe afrontar las elecciones catalanas cuyos resultados van a ser determinantes para poder cerrar alianzas también en Madrid. Si CiU gana sin suficiente mayoría como para gobernar con estabilidad, se abre la posibilidad de que el PSE se convierta en su aliado en Cataluña. En este supuesto, las negociaciones de los Presupuestos Generales del Estado con los nacionalistas serán 'más' fáciles. En el PSOE son conscientes de que el futuro de Zapatero y del resto de la legislatura depende de conseguir aprobar las cuentas de 2011.