Y tuvo que ser Alemania

Que hayan tenido que ser los germanos quienes nos hayan salvado del hasta ahora tedioso campeonato del mundo tiene... pelotas. 4-0 ha ganado la selección alemana a Australia, que si bien no es una selección potente, no se trata tampoco de una 'maria' futbolística.

Y tiene pelotas -el asunto-, porque desde el viernes nos hemos topado con un máximo de 2 goles por partido, y sólo en 3 de ellos: el inaugural 1-1 entre los anfitriones sudafricanos y México y, el sábado, el 2-0 de Corea del Sur a Grecia y el 1-1 entre yanquis e ingleses. El resto de Mundial ha dejado un panorama desolador: un 0-0 entre Uruguay y Francia, un 1-0 de Argentina a Nigeria, un 0-1 de Eslovenia a Argelia y un 1-0 de Ghana a Serbia.

Desde luego que se puede decir que las 32 selecciones que han acudido a este Mundial no son, ni de lejos, las mejores. Faltan muy buenos equipos que no hicieron los deberes y, en todo caso, se hace demasiado abultado el formato de 32 naciones. Esto es un debate muy polémico y siempre que se ha abierto ha acabado con la misma conclusión: hay que dar espacio a todos los continentes y a todos los rincones del planeta.

Pero no tiene ningún sentido, por mucho que sea polémico decirlo, que Europa no presente más plazas cuando un Mundial suele acabar siendo una competición en la que los mejores del Viejo Continente se la juegan entre ellos con la excepción de las siempre maravillosas Brasil y Argentina. De vez en cuando un equipo africano puede dar la campanada. O un asiático. O el anfitrión, siendo natural que el país organizador se crezca y llegue siempre lejos en estas citas. Pero al final, siendo algo elitistas en este juicio, lo que todos queremos ver son a las grandes selecciones del fútbol mundial: brasileños, argentinos, italianos, ingleses, franceses, alemanes, holandeses y... españoles. Cada vez más, en el caso de los nuestros.