El formato, consensuado por los tres partidos, era poco flexible porque cada uno de los participantes,
Gallardón, Sebastián y
Pérez, 'largaba' su opinión, sus críticas, sus cifras y sus promesas, sin entrar a responder a las de los otros, ni siquiera a las preguntas que se hicieron sobre todo el alcalde y el candidato socialista.
Cada uno 'vendía su moto' y hacía oídos sordos a los argumentos y preguntas del otro. Comenzó Sebastián recordando los cinco incumplimientos deGallardón desde 2003: seguridad, vivienda, impuestos, velocidad de los coches y apoyo a las familias.
El alcalde no contesta y se limita a defender sus posiciones, con un gráfico en que demuestra que Barcelona y Sevilla, gobernadas por los socialistas, tienen impuestos más altos, y ellos son los culpables de esa subida que a la vez negaba en Madrid, por haber aumentado el valor catastral.
Y esgrime el apoyo que le ha dado el presidente de la Asociación de Vecinos de Madrid, al qu ele parecen bien sus medidas y sus impuestos. Ángel Pérez, por su parte, no entró en el fondo y se limitó a pedir un nuevo modelo de financiación.
Entonces Sebastián enseñó un recibo de un vecino de Puente de Vallecas, Julio Novillo, que demuestra que el valor catastral no ha subido –como acusó en su defensa Gallardón- y sí los impuestos a pagar, casi el doble en tres años. “Lo que tiene que hacer es gastar menos de esos 150.000 euros diarios en publicidad”, le dijo a Gallardón que no entró a desmentir el recibo.
Unos datos. estos y otros, que parecían hablar de dos ciudades distintas, cuando ambos se referían a Madrid. De 85 delitos por 1.000 ciudadanos que dijo Sebastián que se cometían, “los más altos de España”, a una “cifra muy inferior“ a otras ciudades españolas y europeas, según Gallardón. Ángel Pérez dio la razón al candidato socialista.
Policías y M-30
También en el tema de la seguridad, el candidato socialista atacó: Zapatero aumentó en 1.000 los policías en Madrid, tras los 600 que quitó Aznar, dijo, para añadir que los socialistas en vez de reprimir preferían no obstante hablar de políticas sociales, “de las que la sensibilidad social de Ana Botella nada sabe”.
Gallardón le respondió que esta concejala había duplicado la dotación presupuestaria, por tanto el ataque era injusto. Y, de inmediato, espetó a Sebastián recordándole una frase que señaló hace años: "¿Su sensibilidad es lo que dijo una vez: que los jubilados paguen la subida del petróleo”.
En cuanto a la M-30, “que es una chapuza”, para Sebastián y que ha salido “carísima” según Pérez, Gallardón, que no entró en cifras tampoco, la defendió incluso como una obra favorable "al medio ambiente", y que había solucionado para años el grave problema del tráfico, dejando zonas libres para parques.
Sebastian criticó el "sistema de movilidad externa a la ciudad", porque para Gallardón, "más allá de la M-30 Madrid no existe, los que viven más allá, en la periferia, que está abandonada, ni los conoce". Añadió que sólo se acuerda de esa periferia para los parquímetros. Y, concluyó señalando que, por ejemplo, entre Chamartin y Puente Vallecas hay 32.000 euros de diferencia. “Yo la equilibraré con mejor transporte y público”, prometió.
Media vida trabajando por Madrid
Gallardón le respondió que mientras Sebastián estaba en EEUU, él estaba aquí trabajando por Madrid y con un modo de ciudad claro: "por eso la M-30 la vertebra y quita el río de en medio" Y finalmente dijo: “Hemos convertido a los perdedores en ganadores”. Destacó el gran futuro del eje Prado-Recoletos, para que los mayores sean los mejores atendidos y "nos esforzamos por nuestros hijos".
En el turno final, Ängel Pérez, que dijo que el PP no puede cumplir su programa social porque sería seguir entregando la ciudad a lo iniciativa privada. Y recordó a los socialistas, que a veces no se aclaran mucho, y que ellos, en IU, creen en la izquierda plural como mejor forma de solucionar los problemas de Madrid.
Sebastián cerró con una ideas que ya había expresado, sobre todo con el autoritarismo y forma de hacer políotica del alcalde: "Díganos, señor Gallardón, para quién trabaja usted". "Porque nosotros lo haremos con y para los vecinos, viendo Madrid por el ojo de los ciudadanos", como decía Tierno Galván".
Y Gallardón le recordó a ambos que él es más jóven y con sólo 48 años lleva "más de la mitad de la vida trabajando por Madrid", cosa que otros no hacían desde Moncloa ni desde EEUU. No obstante, tras repasar sus promesas electorales, no quiso pedir el voto al PP, pero si pidió a los madrileños "que vayan a votar".
Si (
No(
