Protestan en Nueva York por ataques contra la comunidad gay en Puerto Rico

Varias asociaciones en defensa de la diversidad sexual convocaron en Nueva York un acto de protesta por los ataques que en los últimos meses se han registrado contra personas gays y transexuales en Puerto Rico.

Entre los representantes y simpatizantes de la comunidad lésbica, gay, bisexual y transgénero reunidos ante el Ayuntamiento de Nueva York se encontraban familiares de Jorge Steven López Mercado, un joven de 19 años que fue asesinado por ser homosexual y cuyo cuerpo fue encontrado decapitado, desmembrado y parcialmente quemado en Puerto Rico.

Al acto acudieron políticos y legisladores que, coincidiendo con el inicio de la celebración del mes del orgullo gay en la Gran Manzana, también manifestaron su preocupación por los ataques registrados en la isla contra personas con un concepto de su sexualidad diferente al estándar.

Entre ellos, estaba prevista la asistencia de la presidenta del Concejo, Christine Quinn, y del senador estatal Thomas K. Duanne, así como de varios concejales y representantes de la Comisión Latina contra el Sida, de la Alianza de Gays y Lesbianas contra la Difamación de Estados Unidos, y de la National Gay and Lesbian Task Force, entre otras organizaciones.

El asesinato de López Mercado consternó a los puertorriqueños, así como a líderes religiosos, activistas y políticos, que manifestaron su repudio y pidieron que el caso fuera juzgado como un crimen de odio.

Incluso, legisladores de Nueva York y Chicago viajaron a Puerto Rico, donde se reunieron con sus homólogos para expresar su preocupación por la ola de asesinatos en la comunidad homosexual y expresar su apoyo a la familia López Mercado.

Entre 2002 y 2010, un total de 25 homosexuales han sido asesinados en Puerto Rico.
Seis de estos casos ocurrieron en noviembre del año pasado, incluido el de López Mercado, quien ejercía la prostitución en una localidad del centro de la isla.

Juan Martínez Matos, de 26 años, se declaró culpable del asesinato y fue sentenciado el pasado mayo a 99 años de prisión, aunque el caso no se juzgó como un crimen de odio.