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Leyes fundamentales

Leyes fundamentales

miércoles 23 de junio de 2010, 05:38h
Hace más de un año todo el país estaba enterado de que se necesitaban nuevas leyes para ir construyendo este nuevo Estado plurinacional y con autonomías. En enero de 2009 se aprobó la nueva Constitución Política del Estado y con ello se tendría que poner en marcha todo un andamiaje legislativo en varios campos. Se estima en principio alrededor de cien leyes que ya están en la lista. Y es esto lo que hoy estamos viviendo.

Está en marcha todo el poder y el aparato para la discusión y aprobación de leyes fundamentales. No era de extrañarse ni tampoco de andar gritando a los cuatro vientos ni rasgarse las vestiduras. Aunque sí hay que protestar por la falta de visión y responsabilidad de la oposición política que no tiene entre manos ni una sola de esas leyes fundamentales, y sólo se restringe a gritar y gritar en la Cámara de Diputados.

En estos días y hasta el 22 de julio vamos a asistir a un intenso
desarrollo político y legislativo, obedeciendo al mandato constitucional para que se dote al país de cinco leyes fundamentales: Ley del Órgano Electoral Plurinacional, Ley del Régimen Electoral, Ley del Órgano Judicial, Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional y Ley Marco de Autonomías y Descentralización. No es poca cosa y es arduo el trabajo
que tendrán los asambleístas nacionales. Sean del color o de la opción política que sean.

Montesquieu cuenta que cuando salió del colegio le regalaron varios libros de derecho y él dijo “yo busqué su espíritu”, es decir la esencia, los principios, las tendencias, las razones de esos libros y luego entregaría al mundo su monumental y clásico libro de política: “El espíritu de las leyes”. Toda ley tiene su razón de ser, su actualidad, su necesidad, sus intenciones, sus mecanismos. Pues bien, Bolivia está viviendo una intensidad social y política con actores que son protagonistas y otros que no quieren ser protagonistas. “Cada nación encontrará aquí las razones de sus máximas y cada individuo sacará por sí mismo la siguiente consecuencia: sólo están capacitados para promover
cambios aquellos que venturosamente nacieron con un ingenio capaz de penetrar, en una visión genial, toda la constitución de un Estado”, nos dice Montesquieu en su prólogo. He ahí el gran reto.

Más allá que el MAS tenga los dos tercios de votos en la Asamblea
Legislativa y que sabe a dónde se encamina y qué país quiere construir, no encuentra en este proceso interlocutores válidos y opositores que busquen aportar al debate, pero que lo hagan con argumentos ideológicos, teóricos, jurídicos y políticos, mas al contrario, vemos a varios opositores, hombres y mujeres, que se han dedicado a gritar -cada vez que aparece una cámara de televisión- en el hemiciclo una serie de adjetivos que no condicen con su condición de representantes nacionales.

Incluso ninguno de esos asambleístas que dicen ser autonomistas se
inscribieron o participaron en la comisión de Autonomías que tuvo, entre otras misiones, presentar el proyecto de ley transitoria o corta sobre las autonomías. Su rol fue oponerse y apelar a los sentimientos de los cruceños bajo las arengas del rodillo, del avasallamiento, del totalitarismo, etc. Obviamente merecieron una amplia cobertura mediática.

Marcelo Quiroga Santa Cruz con solo cinco diputados se hacía escuchar y era respetado en tiempos de mayor intolerancia política. Jerjes Justiniano, el solitario diputado socialista, en medio de la poderosa maquinaria de Sánchez de Lozada, el verdadero enemigo de las autonomías, tenía presencia y aportaba al debate de las ideas y de los proyectos de ley.

De esas cinco leyes fundamentales esta oposición política ¿tiene alguna propuesta política? ¿ha elaborado por lo menos algunos articulados de esas leyes? ¿por qué las instancias del poder local, como Comité pro Santa Cruz, gobernación no tienen un proyecto alternativo de la Ley Marco de Autonomías y Descentralización, si han tenido más de un año para su elaboración y discusión? ¿es que sólo el rol de los diputados opositores de Santa Cruz es descalificar al adversario político y quedar roncas por los gritos que emanan en cada sesión parlamentaria?

Sin duda, la Ley Marco de Autonomías y Descentralización será una de las madres de las batallas del gobierno central, y por tanto, amerita su amplia discusión y socialización en todos los espacios de poder nacional, departamental, regional y local. Incluso rumbo a esta ley hubiera sido saludable que desde el Comité pro Santa Cruz y de la institucionalidad cruceña se haya iniciado una movilización en varios niveles, así como ocurrió con el Estatuto Autonómico, antes que asumir una actitud defensiva y de rechazo en esta marcha hacia las autonomías, que es imparable, y que además es propiedad de todos los cruceños y cruceñas. Movilización que pasaba por convocar a los expertos en derecho, en política, en procesos autonómicos para encargarles la tarea de elaborar y presentar un proyecto de ley; que también pasaba por convocar a los ministros del área y asambleístas para que den a conocer este proyecto y de esta manera, ser protagonistas y dueños de esta construcción.

El debate democrático demanda madurez, tolerancia, propuestas, respeto y dignidad. No a plan de gritos y acusaciones y posturas demagógicas.
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