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Oscar Laborde

El papel de Argentina en el mundo

El papel de Argentina en el mundo

viernes 25 de junio de 2010, 23:46h
Frente a los pronósticos de los grandes medios de comunicación, de los asesores financieros, y de “los especialistas en programas económicos” nuestro país está integrándose plenamente al mundo.

 La afirmación no debe evaluarse desde concepciones teóricas o preconceptos, sino en la contundencia de los hechos.

 La participación del Canciller argentino Héctor Timerman en la reunión del Comité de Descolonización de las Naciones Unidas profundizando el eje en la defensa de los derechos argentinos de soberanía sobre Malvinas y la actitud del presidente brasileño Inácio Lula da Silva despejando públicamente cualquier posibilidad de marco de acuerdo de su gobierno con los kelpers, muestra la fortaleza de la estrategia nacional y la consolidación de los lazos de solidaridad construidos con Sudamérica. El gobierno no está reclamando, sino transitando un camino para recuperar las islas.

 La aceptación del canje de deuda que llegó al 66%, pero que representa, si se lo considera en su conjunto, un porcentaje superior al 92%; esto en un contexto internacional, en general y europeo, en particular, marcado por una crisis económica y financiera que ha generado una enorme inestabilidad política en países como Irlanda, Grecia o España; constituye otro dato de la realidad.

 El contrasentido es notable: en medio de la desconfianza, la retracción y la implosión del sistema capitalista en numerosos estados, Argentina emerge como un relato político posible, de respeto, de una construcción propia para resolver situaciones similares a las que ahora afrontan otras naciones.

 La visita confirmada del 13 al 15 de Julio de nuestra presidenta a China para reafirmar los lazos de cooperación y la apertura de nuevos mercados para otros sectores de la producción nacional, nos hace recordar las críticas que en su momento se lanzaron cuando en el año 2.004 se comenzó la tarea de entretejer un nuevo escenario en la relación con dicho país. Esta política para el sudeste asiático se complementará con renovados acuerdos en los meses venideros.

 En los últimos sesenta días la UNASUR ha elegido a su Secretario General –Néstor Kirchner- en Buenos Aires – en donde hay, en dicha designación, un reconocimiento explícito al gobierno argentino y a nuestro pueblo - y a partir de allí se han producido una serie de acciones, tanto cuantitativas como cualitativas: la reunión en Paraguay con Fernando Lugo, la entrevista con Rafael Correa, la convocatoria a legisladores de los estados miembros para analizar la concreción de un Parlamento suramericano, la reunión por estas horas con los embajadores latinoamericanos en Buenos Aires, la silenciosa pero sostenida ingeniería de puesta en marcha del Banco del Sur y la efectivización del plan de asistencia a Haití; expresan, no sólo la formulación de una agenda y una manifiesta decisión política, sino la consolidación de un consenso como nunca antes se había manifestado entre los gobiernos de la región.

 El levantamiento del corte en Gualeguaychú explicita una mirada renovada para la solución de los conflictos bilaterales. Sin recurrir al uso de la fuerza, acatando tribunales internacionales y reafirmando la vocación de diálogo con el Uruguay hemos demostrado otra concepción y otra metodología que no fue habitual en el manejo de situaciones similares a lo largo de nuestra historia diplomática. Aquí debemos reconocer, también, la madurez de los asambleistas, que sin renunciar a su lucha, buscan nuevas formas de hacerse escuchar, de sostener sus planteos.

 Y por último, la participación de Cristina Kirchner en Canadá en el Segundo Congreso Mundial de la Confederación Sindical Internacional y con posterioridad en la Cumbre del G 20 pone en evidencia un nivel de integración desde nuestra propia identidad y fruto de nuestros logros e iniciativas.

 Desde allí estamos inciertos en el mundo, sin aceptar monitoreos a nuestra economía, sin adherir a las recetas del capitalismo salvaje, sin renunciar a nuestros derechos y obligaciones, con vocación nacional y popular.

 Frente a los paradigmas europeos y las relaciones carnales con Estados Unidos, se ha formalizado otra manera de relacionarnos con los demás países y con los sectores de poder del planeta.

Por el Embajador Oscar Laborde, Representante Especial para la Integración y la Participación Social de la Cancillería Argentina

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