El sueño se acerca y los componentes de La Roja lo saben. Una victoria más en el que puede ser el Mundial 'mirabilis' y... ¡a la final! Sería redondear dos años futboleros magníficos con una Eurocopa y multitud de récords de victorias consecutivas y otras cifras importantes. Pero, de nada servirían si no se derrota al equipo más fuerte de todos los que hemos sufrido en la competicion de Sudáfrica:Alemania, que busca uno de sus milagros.
Un milagro que en este partido repetición de la final de la pasada Eurocopa, Alemania tendrá ganas de revancha por recuperar la supremacía europea y dar el penúltimo paso hasta una final con la que tiene muy buena relación. La 'tricampeona' del mundo (1954, 1970 y 1990) suma otras cuatro medallas de plata 1966, 1982, 1990 y 2002 y, podría alcanzar su octava final, algo que nadie ha logrado hasta la fecha en la Copa del Mundo.
El caso es que,dentro de un Mundial mediocre, Alemania ha sido una de las sensaciones del campeonato, con una contundencia en ataque --13 tantos a favor, marcando cuatro en tres partidos-- que asusta y una defensa férrea que sólo ha concedido dos. Uno de ellos, el encajado ante Serbia supuso la derrota que acumula en esta cita, aunque entonces tuvo que jugar muchos minutos con un futbolista menos, Miroslav Klose.
El carácter teutón lo han demostrado ya los alemanes, que además de ser demoledores a la contra, cuentan también con un asentado centro del campo y con una defensa férrea, por lo que cumplen en todas las líneas con protagonismo para Mesut Ozil, jugador revelación de Sudáfrica y con un prometedor futuro por delante a sus 22 años.
Baja por sanción de Müller
De este combinado jovencísimo, es menester destacar a otro de los artífices del gran Mundial: Joachim Löw. Él ha aportado no sólo estilo sino también conocimiento y personalidad al banquillo. El técnico ha sido fiel a un equipo durante la mayoría de los partidos, pero ahora tendrá que hacer un cambio obligado tras la sanción de Müller, y por el que entrará Toni Kroos, Piotr Trochowski o Cacau.
Por su parte, La Roja ha llegado a donde quería, alcanzando sus primeras semifinales mundialistas. Eso sí, ha sufrido más de lo esperado por muchos y no con el mismo juego brillante que exhibió en la fase de clasificación, ha sabido sacar los partidos ante rivales que han propuesto poco, prácticamente se han limitado a destruir.
La Selección se ha enfrentando a adversarios cerrados y conservadores, lo que le ha supuesto padecer para poder sacar los partidos adelante, demostrando también otro tipo de virtudes que son igualmente necesarias para poder estar entre la cuatro mejores selecciones del mundo.
Para este miércoles de San Fermín, se espera a una Alemania más abierta y vertical, aunque el respeto que han demostrado por España le impulse a no ser tan alegre como se ha visto en partidos anteriores, en los que ha notado a su favor con haberse adelantado en los partidos, algo que tratará de evitar el 11 nacional.
La redención de San Casillas
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¿Cómo no? Un grupo liderado por el capitán, 'San Casillas', que se redimió parando el penalti, y que ha mostrado una solidez en defensa incuestionable. El centro del campo, aunque no siempre ha podido ser tan vertical como habría sido el deseo, ha tenido al fiabilidad suficiente para otorgar autoridad.
¿Quién lo duda? Por supuesto, inconmensurable ha sido la efectividad de 'matador' Villa, que se ha revelado con el gran artillero que se esperaba, sabiendo abrir las defensas tanto desde la izquierda como en la punta. Con cinco goles anotados, entre ellos los decisivos de los octavos y los cuartos, ha sido el estilete esperado y tiene dos partidos de convertirse en el máximo artillero de la Roja.
Eso, también: quien todavía no ha logrado ver portería ha sido Fernando Torres, el héroe de hace dos años y que estará muy motivado para el partido, salvo que Vicente del Bosque no apueste de salida por él [de hecho, Pedrito saldrá de titular ante Alemania]. El de Fuenlabrada ha sido suplido en los últimos partidos y sus sustitutos han brillando, por lo que habrá que confirmar si el técnico le da una nueva oportunidad o cambia el equipo titular en el penúltimo paso hacia el sueño.
El caso es que nuestros toreros, en el 7 de julio, San Fermín, intentan la penúltima estocada para redondear sus buenas, aunque complicadas faenas, hacer historia. Y olé.
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