Un 45 por ciento reconoce que su valoración del plan de ajuste ha mejorado por el hecho de que otros países europeos hayan adoptado medidas similares. En general, los encuestados se mostraron reacios a recortar el gasto público, con la excepción, en el ámbito exterior, de los servicios diplomáticos y las embajadas, ya que casi un 60 por ciento opina que habría que reducir gastos en este área.
En otros ámbitos como Defensa y Fuerzas Armadas o el fomento de la cultura española en el exterior, la mayoría quiere que el gasto se mantenga, al igual que la ayuda y cooperación para el desarrollo --la mitad opta por que se mantenga--, pese a la crisis económica. Destaca el hecho de que dos de cada tres españoles creen que la inversión en educación debe aumentar, y sólo un 2 por ciento opina que debe disminuir.
Respecto a sondeos anteriores, ha aumentado la aceptación de los recortes en Defensa y Servicio Exterior y, en menor medida, en ayuda y cooperación para el desarrollo. Estos cambios contrastan con la estabilidad del rechazo a los recortes en educación, según indicó Javier Noya, investigador principal del Real Instituto Elcano, en la presentación del Barómetro.
PREOCUPACIONES
Por otro lado, el BRIE revela que el 38 por ciento de los ciudadanos ve a ETA como una amenaza mayor para España que el terrorismo internacional (31 por ciento), mientras que el 30 por ciento considera que son igualmente importantes.
Llama la atención que el pasado marzo, la diferencia entre la relevancia que se atribuía a cada una de estas amenazas era de 21 puntos y ahora es de sólo 7. En el último Barómetro, los que se consideran de derechas otorgan bastante más importancia a ETA como amenaza (41 por ciento) que al terrorismo internacional (25 por ciento), pero entre los de izquierda y los de centro las opiniones están más equilibradas.
El terrorismo islamista es el problema más preocupante para sólo el 12 por ciento de los entrevistados, mientras que la crisis financiera internacional se consolida como la mayor preocupación para los españoles (70 por ciento). Otros temas como el programa nuclear iraní o la situación en Afganistán inquietan mucho menos que la crisis, con un 9 y un 1 por ciento, respectivamente.
Si se comparan los datos actuales con los de encuestas anteriores, se llega a la conclusión de que ha aumentado la sensación de que la crisis ha empeorado y de que ésta obedece a factores internacionales más que nacionales.
DESCIENDE EL PODER DE ESPAÑA
Probablemente como consecuencia de la crisis, empeora ligeramente la valoración de la globalización respecto a oleadas anteriores y hay más gente que cree que el poder de España en el mundo ha disminuido: en 2007 y 2008 se puntuaba con un 4,9 sobre 10 y ahora se sitúa en un 3,9. Esto contrasta con el poder creciente que se atribuye a China, ya que el 53 por ciento pronostica que será la principal potencia de aquí a 2050, frente al 31 por ciento que dice que será Estados Unidos.
Respecto a la imagen de España en el exterior, un 40 por ciento opina que es "buena" o "muy buena"; y un 38 por ciento, que es "mala" o "muy mala". Al desgranar los datos, se ve que la mayoría de los encuestados consideran que la imagen es positiva en cuanto a la sociedad (67 por ciento) y la cultura españolas (61), mientras que se proyecta una imagen negativa en política (16) y economía (14).
La encuesta se realizó telefónicamente del 27 de mayo al 18 de junio a 1.200 personas mayores de edad de todo el territorio nacional y tiene un error de más o menos 2,9 puntos porcentuales y un intervalo de confianza del 95,5.
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