El uniforme de Eudald

Querido Eudald:

Sabedores de nuestra vieja amistad y conocimiento, amigos míos me dicen te diga que en la magna inauguración del Museo de la Evolución Humana estuviste desafortunado al acudir con el uniforme de explorador/excavador, que tanto éxito de imagen os ha dispensado a los tres codirectores de los yacimientos de Atapuerca.
   
Me dicen te diga que ni era el lugar ni el momento para mostrarte, con la Reina Sofía al lado, como Harrison Ford con pantalón corto, y sombrero de ala ancha, elegante sombrero que ha sustituido al antiguo salakot que usabas como aquel con el que el General Giap uniformaba a sus hombres, para expulsar de Indochina a los franceses.

Me dicen te diga que una cosa es ponerse el buzo para excavar ¡Qué tiempos aquellos! y otra es presentarse en público elegantemente vestido como requiere la ocasión. Hasta tus compañeros de terna entendieron que una camisa veraniega y un pantalón largo –como cuando uno se hacía mayor- era más apropiado para el acto inaugural que mostrar la pantorrilla sin depilar.

Me dicen te diga que la Fundación Atapuerca que diriges bien podría financiar un traje como Dios manda para inauguraciones y actos solemnes, a quien es su máximo representante, porque la estética también es un valor importante que hay que cuidar.

Una indumentaria similar a la que usaste cuando fuiste a recoger el Premio Príncipe de Asturias y que, muy probablemente, te pondrás cuando en otoño vayas a recoger junto con tus colegas José María y Juan Luis el Premio Internacional de Investigación de la Fundación Cristóbal Gabarrón, en el Teatro Calderón de Valladolid.

Un fuerte abrazo

José Luis Guerrero. Periodista.