Berlusconi, genio y figura, rompe con su mayor aliado

Inasequible al desaliento, como se decía por aquí en tiempos de Franco, un dictador que seguro que a nuestro personaje le cae bien. Porque Silvio Berlusconi, tan habitual en esta sección, acaba de separarse otra vez, acaba de romper otro de sus matrimonios... en este caso sólo político: lo ha hecho con su mayor aliado, Gianfranco Fini.

Poco le ha importado al primer ministro italiano que esta ruptura pueda costarle el Gobierno, porque su supergrupo político del Pueblo de la Libertad (PDL) puede quedar con muchos menos diputados si se marcha Fini y sus 'finianos' -se calcula que alrededor de 35, amén de 15 senadores- también abandonan como represalia a la decisión del teórico 'cavaliere' y máximo mandatario italiano.

El enfrentamiento con Fini, que tampoco es un dechado de demócrata precisamente, viene de atrás y se enconó cuando éste recientemente se opuso a la 'ley mordaza' que pretende Berlusconi para escapar legalmente de la justicia. Pero el que manda, manda. Y Berlusconi, genio y figura, prefiere jugarse su continuidad como primer ministro a dar su brazo a torcer -¡eso nunca!- y ceder ante su aliado.

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