Ugalde puso en riesgo la democracia mexicana en 2006

Este inexperto pero eso si muy prepotente “politólogo”, sin ninguna sólida experiencia en materia de manejo de elecciones, y que llegó al cargo por recomendaciones de sobra conocidas, se metió a faenas de tan alta responsabilidad, como es la gobernabilidad democrática que tan gravemente estuvo en duda, por sus desatinos sobremanera, en la forma de comunicar a la ciudadanía los resultados preliminares de la elección. Pero salió muy raspado.

En entrevista que publica hoy como nota principal el periódico La Jornada, Ugalde, quiere cargarle, como se dice coloquialmente en México “todas las pulgas” a Vicente Fox, como si este hubiese sido su jefe. Craso error, pues Ugalde olvidó la categoría y la autonomía con la que tiene que desempeñarse el Consejero Presidente del IFE, garante ni mas ni menos de una incipiente democracia, que sin exagerar, le ha costado a México, casi dos siglos de luchas fraticidas o periodos de ogros filantrópicos, como definiera Octavio Paz a la época del paternalismo priísta, en donde el monstruoso aparato estatal y el omnímodo poder presidencialista, ahogaban las libertades que en materia política, económica, social y cultural debe tener un país que no sólo se precie, sino que en los hechos acredite su respeto al voto y a la decisión de las mayorías y por supuesto la irrestricta tolerancia para con los derechos de las minorías.

Nunca supo ni pudo estar a la altura de las elecciones presidenciales

Ugalde, en las elecciones del 2006, nunca pudo ni supo estar a la altura para encarrilar un proceso de donde habríamos que haber tenido que pasar los mexicanos, de la alternancia en el poder a la transición, que ahora senadores como Creel y Beltrones, con irremediables aspiraciones futuristas rumbo al 2012, pretenden vendernos la idea, de que poseen la varita mágica para condensar acuerdos entre partidos, grupos sociales y sindicales, poderes fácticos reales y ocultos para de esa forma construir en 12 meses, el andamiaje de lo que sería el nuevo sistema político mexicano. ¿Desde el IFE Ugalde ayuda mucho a lograr consensos y a propiciar la urgente unidad entre los mexicanos, al escenificar pleitos taberneros contra los partidos por asuntos tan vulgares –aunque necesarios, ciertas es- como lo es la asignación de presupuestos y canonjías?

Ahora nos dice Ugalde que el 30% de la propaganda política que se transmitió en las campañas de lodo a través de “doña televisión”, no se sabe de donde provino sus fuentes de financiamiento ¿Cómo director del IFE, Luis Carlos Ugalde, no tenía en esos precisos momentos, la obligación de denunciar esta situación, o de presionar al Congreso para que regulase tal situación, sin menoscabo de que el propio Instituto Federal Electoral, tenía todas las herramientas de fiscalización para meter orden a la asquerosa campaña de descalificaciones diatribas, dimes y diretes e insultos que se recetaron sin piedad ni ética los partidos políticos, a través de sus respectivos candidatos?

Luego pregunta que quien va a ser el responsable de los 200 mil spots transmitidos sin fiscalización alguna, pero da el caso nuevamente que si existían áreas que no podían estar bajo el escrutinio del IFE ¿Entonces por que no lo denunció en su momento Ugalde? Si esto ahora le parece tan grave y tan atentatorio contra la democracia mexicana y creía que las cosas en materia política electoral en México estaban fuera de control, para que por decir algo, no ingresara dinero del narcotráfico o del crimen organizado al proselitismo de ciertos aspirantes a diputados federales y senadores ¿Entonces por que no renunció con la elegancia y altura que ahora nos quiere vender, supuestamente tiene y que ahora ni con los mejores despachos de publirelacionistas de México y el extranjero, eso si a precio de oro, esta pudiendo revertir, por que su caso es indefendible?

¿Por qué no se “fajó los machos” en su momento Ugalde con Fox?

Ahora el señor Ugalde habla “del protagonismo de Fox”, indudable, innegable que el ex presidente ranchero de las botas se pasó de vivo una y mil veces, apoyando a los candidatos de sus preferencias llámese Creel o Rubén Muñoz. ¿Pero entonces, porqué no se “fajó los machos” como dicen en España, para meter en orden al Presidente de la República, conminándolo una y otra y otra vez más, a que guardara las formas, a que fuera respetuoso del proceso democrático crucial que se vivió en México desde finales del 2005, hasta el caliente verano del 2006.

Ahora nos dice Ugalde, que la autoridad emplazará a los partidos, obligados por ley a rendir cuentas y que igualmente se auxiliará de autoridades federales y estatales. ¿Para reeditar las versiones del Pemexgate y del Amigate, que solo trajeron encono a México y que dentro de otras cosas impidieron avanzar en la que ya tendría que ser consolidada Reforma Política del Estado. Luego Ugalde, muy valentón jura que “requerirá a los consorcios de medios de comunicación a informar sobre la “grave enfermedad” por que “creo que en ellos –los medios- deberá estar el principal interés por transparentar su relación con los partidos. Pareciera que Ugalde hubiera nacido ayer y peca de ingenuo. ¿Acaso no sabe el Consejero Presidente del Instituto Federal Electoral que el nefasto duopolio televisivo mexicano, no es más que un bien ensamblado engendro para producir dinero y al que no mueve la más mínima preocupación social? Esos temas debieron haber dominado la agenda del “visionario” Ugalde desde su llegada al IFE, en donde su mayor preocupación se centró en obtener cuanta canonjía y prebenda estaba a su alcance y que aquí en este espacio por ética profesional y respeto a la vida personal de Ugalde.

Ugalde en la Jornada no hizo más que hacer el ridículo

Quien nada debe nada teme, y si tan bien las cosas le hubieran salido a Ugalde en los comicios del 2006 y no estuviera tan preocupado por ser conciente de que su cabeza pende de un hilo, al frente del Instituto Federal Electoral, de cuyas canonjías, fama y prestigio, no encontrará en ninguna otra parte de México, está auténticamente desesperado. Por eso salta a la palestra del que otrora fuera medio favorito del perredismo para “defenderse”, sumándose al coro de los que ahora convierten en el nuevo “villano favorito” a Vicente Fox, quien en su sexenio fue criticado salvo honrosas excepciones, como se merecía.

Luego se refiere a la “señora Gordillo”, en términos que todo mundo aquel que sepa un poco de política mexicana, no es más que un lamentable show mediático. Bien aquel dicho mexicano de que “en boca cerrada no entran moscas”.

¿No en lugar de plantarse a la Mitad de Foro, el Consejero Presidente debió mantener un bajo perfil mediático, con humildad, pero haciendo política en serio, de altura –es decir, tras bambalinas, con mano que se sienta pero que no se vea- o quizá sea esto mucho pedirle a un personaje, hecho mucho más para las candilejas, que para el serio, rudo, callado, silencioso, pero contundente oficio de la política? Del cual por cierto, está tan ayuno en esta hora crucial de México, nuestro país.