Las mujeres militares, a las juntas de calificación

El decreto 1173/10 publicado el pasado viernes 20 en el Boletín Oficial será recordado cuando una general, almirante o brigadier reciba los respectivos grados como el momento en que comenzó la etapa final del lugar de las mujeres en las Fuerzas Armadas.
El decreto firmado por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y suscripto por la ministra de Defensa, Nilda Garré, ordena “a los jefes de los Estados Mayores generales de las Fuerzas Armadas incluir en las diferentes instancias de las Juntas de Calificación de Personal Superior y Subalterno, a militares mujeres que se encuentren revistando en los grados a considerar en la integración de dichas juntas”.

Y también precisa el artículo 1 del referido decreto que “hasta tanto el personal del cuerpo comando alcance los grados requeridos, esta inclusión se hará sin perjuicio del cuerpo, arma y/o escalafón a los que pertenezca”.

Esta previsión está dirigida a resguardar los derechos de las mujeres que revistan en el cuerpo de comando, es decir, de las que ejecutan específicamente las operaciones de combate: infantería, caballería, artillería, ingenieros y comunicaciones.

Las mujeres que hoy se desempeñan en el cuerpo de comando ingresaron en el Colegio Militar del Ejército a partir de la reforma Balza.

Con posterioridad, lo hicieron en la Escuela Naval Militar y en el Escuela de Aviación Militar.

Sin embargo, desde años atrás las mujeres oficiales se desempeñan en el escalafón profesional (médicas, odontólogas, farmacéuticas, abogadas, contadoras, entre otras).

Mientras las jóvenes tenientes primeros, tenientes y subtenientes, alcanzan los grados mayores, serán sus colegas profesionales las que las representarán en las Juntas de Calificación.

Estos organismos juzgan desde la superioridad jerárquica los legajos del personal del grado inferior que aspiran a ascender al inmediatamente superior y también observan las vacantes existentes en ese grado superior por el pase a retiro por tiempo cumplido en el grado o cualquier otra causa.

Las Juntas evalúan los legajos que llevan los juicios de los jefes de las unidades en donde se han desempeñado los oficiales y sus otros antecedentes, como premios, sanciones, estudios y cursos realizados.

Las mujeres podrán a partir de ahora hacerse oír y decidir con su propia voz en esos organismos colegiados.

Los ascensos desde subteniente en Ejército (y sus equivalentes en Armada y Fuerza Aérea) hasta teniente coronel (y sus equivalentes respectivos) son propuestos por las Juntas y puestos en vigencia por los respectivos Jefes de Estados Mayor de cada una de las Fuerzas, que tienen poder de decisión sobre los oficiales subalternos y los oficiales jefes (éstos últimos los mayores y tenientes coroneles y sus equivalentes marinos y aéreos)

En cambio, los oficiales superiores coronel, general de brigada, general de división y teniente general en Ejército ( y sus equivalentes en la Armada y la Fuerza Aérea), son elevados a la Ministra de Defensa, en primer lugar que tiene capacidad delegada por la Presidenta para realizar observaciones y rechazos. Finalmente, elevados a la Comandante en Jefe esta realiza las designaciones definitivas previo acuerdo del Senado de la Nación según el artículo 99, inciso 13 de la constitución nacional.

Las mujeres han subido otro escalón decisivo en las Fuerzas Armadas (ver las 23 resoluciones del Ministerio de Defensa que promueven la igualdad entre mujeres y hombre en la Información de Prensa 277/10 en www.mindef.gov.ar/comunicación)
en un momento político, social y cultural de creciente emparejamiento de los derechos de todos los sectores
Por Jorge Bernetti
Director de Comunicación Social del Ministerio de Defensa