miércoles 01 de septiembre de 2010, 21:15h
El alcalde de Valladolid, Javier León de la Riva, está ganando en anchura estos días. No porque se haya descuidado en las comidas veraniegas, o porque se haya pasado con la cerveza. No. Es porque dentro del PP ya no hay nadie que le tosa. Diario Crítico ya lo advirtió en su día: Sin Tomas Villanueva al frente del partido, León de la Riva está más crecido que nunca, sabedor de que el nuevo presidente, Ramiro Ruiz Medrano, no le va a parar los pies. Y así está sucediendo. Hace unos días León de la Riva dijo que no aceptaría ninguna imposición en la candidatura del PP en las próximas elecciones municipales (ninguna, excepto las suyas, obviamente).
La pusilanimidad con que ha respondido Ruiz Medrano confirma que el alcalde acabará imponiendo sus “leoninas” condiciones. Por supuesto pueden darse por depurados Tomás Punzano y Almudena Domínguez, los dos concejales que osaron cuestionar el descabellado proyecto urbanístico de Valdechivillas.
Lo malo que es que mucha gente del PP de Valladolid está que trina, pero nadie abre la boca porque materialmente le tienen miedo. No es para menos: con las manos absolutamente libres su dictadura democrática puede ser de las que hagan historia. León de la Riva, además, es de los que ni olvida ni perdona. Más de un pepero, como el que se oculta bajo el pseudónimo Ronald Reuel, ya anuncian públicamente que su voto municipal no será para el PP si el candidato es De la Riva.