Los inversores han estado esta semana algo más ilusionados sobre todo el viernes, una vez que se conocieron las cifras del mercado laboral americano de agosto. En los cinco días de negociación el IBEX subió casi un 4,5 por ciento y se fue a los 10.600 puntos. Parece que las estadísticas de paro registrado publicadas por el INEM sobre el mes de agosto en España no tuvieron mucho eco. Se diría que se ha instalado la sensación, y ya se ha amortizado, de que el paro en España no va a modificar su racha en mucho tiempo. La subida del paro registrado el mes pasado fue escandalosa por más que se quiera vestir y lo peor es que no se ve salida.
Esta semana se aprueba definitivamente la reforma del mercado laboral y pocos
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creen que vaya a servir para animar una economía absolutamente inerte. El sentimiento sigue siendo negativo a pesar de la encuesta del ICO. El trimestre no tiene visos de ir por buen camino y ahí están las primeras cifras de venta de automóviles y otras para corroborar que de aquí a final de año la economía va a dar datos negativos.
En este contexto ya veremos cómo reacciona la bolsa. No hay horizonte y el Gobierno sigue empeñado en dar a la sociedad española y mundial una visión positiva, nos vende la idea de que estamos en el camino de la recuperación. Y más dura será la caída. Ahora con una crisis de Gobierno encima, aunque tampoco se le quiera llamar crisis, la imagen de desgaste e inoperancia de éste empieza a alcanzar cotas muy preocupantes. Zapatero tiene demasiados frentes abiertos. El más importante el de los Presupuestos Generales del Estado de 2011 para lo que negocia con el PNV sin importarle el coste económico y político que llegaría a tener de confirmarse el apoyo de los nacionalistas vascos.
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