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¿Peligro escuela o escuela en peligro?

¿Peligro escuela o escuela en peligro?

martes 22 de mayo de 2007, 00:42h

Los noticieros de nuestra televisión son especiales, siempre buscan ser espejos de los acontecimientos más importantes de nuestra sociedad.

Algunas veces, estos espejos se transmutan y terminan siendo los ojos de un pensante capaz de analizar aquellos que ven.

En uno u otro caso, muchas veces quedan ocultas las causas del hecho para plantearse un análisis casi superfluo de la realidad, un análisis del hoy como algo aislado sin causas ni consecuencias, algunas veces es analizado por gente que extrañamente analiza todo como un perito multidisciplinado que intenta explicar algo que terminará, indefectiblemente, más confuso que antes.

Espejo de cristal o espejo parlante, lo cierto es que frente a nosotros los hechos nacen y mueren sin saber cómo ni por qué sucedieron y,  en consecuencia, sin soluciones cuando lo requiere por grave e importante.

Por estos días, fue la escuela reflejada de manera parcial por este inmenso espejo: aulas violentas, niños golpeados y golpeadores, docentes en riesgo, en síntesis ¡un caos!
Viendo una nota a una docente que teóricamente fue golpeada por sus alumnos, me impresionó ver como trataba de explicar que recibió esos golpes al intervenir en medio de una pelea entre dos de sus alumnos, de nada sirvieron los esfuerzos de la mujer por sacar a la luz la verdad, la conclusión fue tajante, la maestra quedó como víctima de la agresión de un alumno.

La escuela de hoy no es más que un reflejo de la sociedad de hoy, del mundo de los adultos del que nuestros niños son espectadores de lujo y buscan imitar.

La escuela de hoy intenta con los medios de ayer, dar respuesta a las necesidades de los niños que tiene a cargo, por ello se transformó en una casa donde se come, se aprende y se convive , en consecuencia no puede mantenerse al margen de la violencia que vivimos a diario.

Cada vez que un  maestro enfrenta a sus alumnos es conciente del lugar que ocupa, aún el más necio no puede desconocerlo ya que se hace evidente en el reclamo permanente de los niños y los padres.
Ser maestro hoy es un desafío que se enfrenta a diario, es ocupar un lugar de privilegio, no por su esplendor ni por los beneficios económicos que se obtendrán, más bien es porque ello nos permite renovar a diario la esperanza de construir con estos niños inquietos y vivaces, necesitados de límites que los contengan, capaces de sorprenderse y sorprendernos, de dar afecto sin vergüenza y de recibirlo con agrado, un mundo donde la equidad sea una palabra concretada en el diario vivir y no un reclamo.

La escuela no está en peligro ni representa un peligro para nuestros niños, la escuela lucha sin medios pero con un corazón inmenso para dar respuestas a las necesidades de este tiempo.

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