Una propuesta polémica

    El ex presidente Felipe González es partidario de legalizar el consumo de drogas a nivel mundial, como solución contra el narcotráfico y la violencia que trae actualmente consigo el mercado ilegal. Desde su propio partido, el portavoz José Antonio Alonso le ha replicado que, con esas medidas, y tal como demuestra la experiencia, ni se mejora la salud ni se acaba con las mafias ni con el crimen organizado.

     No dudamos de la buena voluntad de Felipe González al hacer su propuesta, pero es sorprendente que no la haya hecho en los tiempos en que gobernaba este país, y en alguna legislatura con mayoría absoluta… Otros ex presidentes  (Henríquez Cardoso, de Brasil; Ernesto Zedillo, de México, y César Gaviria, de Colombia) comparten ahora la idea de Felipe González, pero ni la llevaron a cabo ni siquiera la plantearon cuando estaban en el Poder.

     El debate sobre la legalización de las drogas es viejo, y para muchos especialistas está superado. No se trata de tolerancia, sino de educación. No se trata de facilitar el acceso a la cocaína, a la heroína, al “crack” y a otras sustancias nocivas…sino de promover una sociedad libre de ese calvario que muchas veces termina en tragedia.

    El propio Felipe González dijo que los ex presidentes son como jarrones chinos: “todo el mundo los aprecia, pero no saben dónde colocarlos en la casa…”. Hay excepciones: hay mandatarios que no son apreciados y que pasan al baúl de los recuerdos o de las pesadillas. También hay que decir que ése no es el caso de Felipe González, a quien sus sucesores, de la derecha y de la izquierda, han hecho poco menos que un hombre de Estado, un personaje muy importante en la Transición democrática. Y precisamente por eso, porque tiene una autoridad moral, debería evitar meterse en asuntos que ni son de su competencia ni se derivan de su formación.

    Opinar puede opinar, como todo el mundo…¡faltaría más! Pero Felipe González debe ser consciente de que sus opiniones son algo más que ocurrencias, y que pueden aportar confusión en lo que, ya en sí mismo, es confuso. Legalizar las drogas es un inmenso error según la mayoría de los expertos, y los experimentos (como decía el maestro Eugenio D´Ors), y mucho más los experimentos en que se pongan en peligro vidas humanas, deben hacerse con gaseosa.