La sorprendente hiperactividad de Herrera

El presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, ha vuelto de vacaciones con hambre de balón. Quizás herido por algunos comentarios de la oposición sobre su desmotivación por el cargo y de su nula ambición política, Herrera quiere demostrar que tiene ganas, que manda (digan lo que digan en los territorios populares) y que si alguien tiene que liderar la acción política de la región o salir en la foto es él.

En estos últimos días su agenda ha sido de infarto. Desde la inauguración de la planta de Siro en Segovia (y la célebre foto con el nuevo look de la Princesa Leticia) no ha dejado de moverse. Ha habido días en los que ha inaugurado el curso universitario en Salamanca, visitado un complejo enoturístico en Toro y, posteriormente, ha acudido al Auditorio Miguel Delibes (Valladolid) para asistir al concierto que ofreció el berciano Cristóbal Halffter, que celebraba su 80 cumpleaños.

Parece como si el presidente de la Junta hubiese adivinado el pensamiento al socialista Óscar López que ayer en una entrevista en ABC decía que Herrera deja entrever que está cansado, que esto le aburre. “Se queda por hacerle un favor a Rajoy”.

El jefe del Ejecutivo regional no tiene intención de parar. Y el Topillo le va a seguir, aunque a menudo en la Junta se escatime información sobre su agenda y Herrera recurra a la táctica de las apariciones sorpresa.