www.diariocritico.com
El marciano y la huelga

El marciano y la huelga

martes 28 de septiembre de 2010, 08:02h
     Cuando falta un día para la huelga general, llega un marciano a España y, tras el aterrizaje de su aeronave, un sindicalista miembro de un piquete informativo se acerca a él, le saluda, y sin fijarse ni en su fisonomía de extraterrestre ni en su atuendo de personaje de otra galaxia, le entrega unas pegatinas con la inscripción “HUELGA GENERAL”, y unos folletos, y varias camisetas y una pancarta con frases en contra del Gobierno y del capitalismo.

   -Ya sabes, compañero  (le dice el piquete informativo) lo que tienes que hacer: sumarte a la huelga por solidaridad, por defender a la clase trabajadora, por impedir más humillaciones. Y mañana te esperamos en las barricadas, de lo contrario te consideraremos un esquirol, y atente a las consecuencias.

   El marciano asiente, por educación, y regresa pensativo a su nave espacial. En el camino se pregunta:

    Uno.- ¿A qué país del planeta Tierra he llegado?
    Dos.- Quien se ha dirigido a mí, con tanta cortesía y tanta confianza, ¿será un español miembro del Gobierno o será otro extraterrestre como yo?
    Y tres.- En mi lejano país, más allá de las estrellas, había estudiado que en España había cuatro millones y pico de parados, pero que se estaban haciendo grandes esfuerzos por crear empleo y por terminar con ese drama. ¿Qué es eso de una huelga general? Una vez que aterricé en Asia, hace años, allí se  hacían 'huelgas a la japonesa', que consistían en duplicar la jornada laboral para crear riqueza, y aquí se hace todo lo contrario.

   Después, el marciano se detiene en su camino, lee los folletos explicativos, se da cuenta de que si mañana intenta iniciar su viaje por el Cosmos puede correr peligro, ya que quizá le sellen con silicona las alas o el depósito de combustible de su aeronave. Como el marciano es educado y tiene mucho mundo, llama por su teléfono inalámbrico al Gobierno para pedir explicaciones. “El Gobierno  -le responden-  está reunido”.  Llama a los sindicatos. “Los sindicalistas  -le dicen- están muy ocupados con los preparativos de la jornada de lucha”.  Llama a la CEOE, y escucha un contestador automático: “Tenemos cerradas nuestras oficinas hasta el próximo miércoles”.  Llama a la Conferencia Episcopal, y un telefonista le dice: “Nosotros no entramos en asuntos terrenales”.

    Desesperado, desconcertado, sorprendido, abatido, regresa a la cápsula espacial y, cuando llega a las escalerillas de acceso, se produce un remolino de viento y polvo y, entre la confusión, aparecen estas palabras escritas sobre los nubarrones: “Esto de los españoles no hay quien lo entienda”.

    Y, colorín-colorado, este cuento nunca se acabará.


- Vea esta columna en vídeo:


Todos los comentarios de Luis del Olmo

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (2)    No(0)

+
0 comentarios